En medio de una profunda crisis de violencia, extorsión e inseguridad que afecta a miles de hondureños, el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, ha decidido asumir una nueva responsabilidad: presidir un club de fútbol de primera división.
La confirmación llegó a través de las redes sociales del Policía Nacional FC, donde se anunció que Sánchez liderará la junta directiva del club tras la fusión entre el equipo de la Policía Nacional —proveniente de la Liga de Ascenso— y el Génesis FC de Comayagua, que ahora jugará en la Liga Nacional bajo el nombre combinado.
“Iniciamos una nueva etapa con un equipo comprometido en seguir haciendo crecer nuestro club”, publicó el club en sus plataformas oficiales. Por su parte, el ministro aseguró que el proyecto no se financiará con fondos estatales, aunque el vínculo con la Policía Nacional genera dudas sobre el uso de recursos y prioridades institucionales.
La noticia ha generado críticas en diversos sectores, considerando el contexto nacional. Mientras la ciudadanía exige respuestas ante el creciente número de asesinatos, robos, extorsiones y desplazamientos forzados, el titular de Seguridad parece enfocado en los fichajes y el debut de su club en el Torneo de Apertura 2025. Entre los nuevos jugadores destacan Kevin Álvarez, el colombiano Rafael Agamez, el brasileño Antonio Polidoro y el italo-hondureño Valerio Marinacci.
La prioridad del ministro ha sido cuestionada en redes sociales, donde muchos señalan que el país no necesita un dirigente deportivo más, sino un líder comprometido con recuperar la paz y la seguridad. Mientras tanto, la percepción ciudadana se inclina cada vez más hacia la frustración ante una institucionalidad que parece más interesada en el espectáculo que en resolver los problemas que realmente afectan a la población.