El exdiputado hondureño Midence Oquelí, actualmente enjuiciado en Estados Unidos por narcotráfico, fue señalado como un «embajador del narcotráfico» por el exjefe de operaciones de la Drug Enforcement Administration (DEA), Mike Vigil. Según Vigil, Oquelí mantuvo una estrecha relación con Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta Xiomara Castro, y con otros miembros de la familia presidencial, lo que refuerza la conexión entre el crimen organizado y la política hondureña.
Vigil también se refirió a la reciente denuncia presentada por el gobierno de Honduras sobre el Tratado de Extradición con Estados Unidos, sugiriendo que dicha medida busca proteger a políticos vinculados al narcotráfico. «Todos saben que Oquelí tenía relaciones cercanas con Carlos Zelaya y con la familia Zelaya. Creo que está jugando sus cartas y que sí colaborará con Estados Unidos», comentó el exfuncionario de la DEA, en declaraciones realizadas a medios hondureños.
El exjefe de la DEA expresó su preocupación por la decisión de desestimar el Tratado de Extradición, que se produjo solo 19 días después de que Oquelí se declarara culpable de sus cargos en la justicia estadounidense. Según Vigil, esta anulación del tratado estaría directamente relacionada con la intención de proteger a ciertos políticos con nexos con el narcotráfico. «Ahora sabemos por qué el Gobierno va a anular el Tratado de Extradición: para proteger a ciertos políticos», afirmó.
Oquelí, socio clave del cartel de Los Cachiros
Mike Vigil no dudó en calificar a Midence Oquelí como un «cabecilla» y un socio estratégico del cartel de Los Cachiros, una de las organizaciones criminales más poderosas de la región. Según Vigil, Oquelí estuvo involucrado en conspiraciones para al menos seis asesinatos y utilizó su influencia política para sobornar a otros miembros del gobierno y proteger las actividades del cartel.
Además, el exjefe de la DEA reveló que algunos miembros de las Fuerzas Armadas hondureñas habrían colaborado con Los Cachiros, utilizando vehículos del Congreso Nacional para transportar drogas. «Oquelí era un cabecilla en el cartel. Era socio en los negocios de Los Cachiros para lavar dinero», afirmó Vigil, resaltando la complicidad de algunas instituciones del Estado hondureño en estas actividades criminales.
Con este juicio, que sigue su curso en Estados Unidos, se ponen nuevamente en evidencia las profundas y peligrosas conexiones entre la política hondureña y el narcotráfico, según el exjefe de la DEA. Vigil cuestionó, además, las recientes decisiones del gobierno de la presidenta Xiomara Castro, poniendo en duda su compromiso en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico en el país.