Durante la gestión del Poder Ciudadano, los funcionarios de le Empresa Hondureña de Telecomunicaciones, Rebeca Santos (ex ministra de Finanzas) y Jacobo Lagos ( ex gerente de Hondutel), acordaron ponerle fin a los actos ilícitos que se estaban cometiendo dentro de Hondutel por parte de Marcelo Chimirri y el hermano del ex presidente Manuel Zelaya, Carlos Zelaya.
Según un informe elaborado por el ex embajador de Estados Unidos en Honduras, Charles Ford, Marcelo Chimirri y Carlos Zelaya compartieron vínculos con el tráfico gris de llamadas.
Rebeca Santos y Jacobo Lagos tenían conocimiento de la situación, por lo que decidieron notificar los hechos al entonces presidente, Manuel Zelaya.
El ex mandatario al ser enterado, lejos de actuar en contra de su hermano y de quien en aquel entonces era sub gerente de Hondutel, Marcelo Chimirri, decidió despedir a Jacobo Lagos y ascendió a Chimirri como gerente.
La decisión de Manuel Zelaya sorprendió a Rebeca Santos, quien determino nunca más volver a participar de las reuniones que se realizaban por parte de la junta directiva de Hondutel.
La complicidad de Manuel Zelaya en los actos de corrupción cometidos en Hondutel también fue plasmada en el informe elaborado por el ex embajador de los Estados Unidos en Honduras.