Más de 130 hondureños retornados arribaron al aeropuerto Ramón Villeda Morales, procedentes de Houston, Texas, como parte del constante flujo migratorio hacia Honduras. Los compatriotas fueron recibidos por el Centro de Atención al Migrante, donde se les proporcionó asistencia para su traslado a sus lugares de origen.
Entre los deportados, varios relataron las difíciles experiencias vividas en Estados Unidos, donde fueron detenidos en estados como Kansas y Missouri. Según sus testimonios, las autoridades migratorias han intensificado las redadas en diversos lugares, incluidas gasolineras, centros de trabajo e incluso iglesias, lo que ha generado un clima de constante temor.
Uno de los retornados narró que fue detenido mientras trabajaba en una gasolinera y que, desde su aprehensión, los detenidos son esposados y llevados a un centro de reclusión en espera de su deportación. A pesar de las difíciles condiciones y el temor generado por las redadas, algunos migrantes expresaron la intención de intentar nuevamente el viaje hacia el norte, en busca de mejores oportunidades.
Tras su llegada a San Pedro Sula, los migrantes fueron transportados en autobuses hacia la Gran Central Metropolitana, donde el Centro de Atención al Migrante les proporcionó boletos para continuar hacia sus comunidades de origen. Otros permanecieron en el lugar a la espera de ser contactados por sus familiares.
La intensificación de las medidas antiinmigrantes en Estados Unidos ha creado un clima de incertidumbre entre la comunidad migrante, especialmente desde la administración de Donald Trump. Para muchos, el temor a ser detenidos por la «migra» es una constante en su vida diaria, lo que representa un desafío tanto para ellos como para las autoridades hondureñas, quienes continúan brindando apoyo a los retornados mientras enfrentan un flujo constante de compatriotas que buscan cumplir su sueño de una vida mejor en el extranjero.