Miles de personas han salido este sábado a las calles de ciudades alemanas como Múnich, Berlín o Stuttgart para protestar contra las restricciones que ha impuesto el Gobierno alemán para atajar el avance del coronavirus. Además, lo han hecho descuidando la distancia de seguridad impuesta.
En las marchas, que son marginales porque la canciller Angela Merkel cuenta con un gran apoyo popular, han coincidido militantes de extrema derecha, de extrema izquierda y seguidores de teorías conspiranoicas, como los antivacunas.
En Múnich la policía ha explicado que los organizadores habían presentado una solicitud para manifestarse pero solo para 80 personas. No obstante, las fuerzas de seguridad han optado por no disolver la protesta ya que todos los participantes se estaban comportando de manera pacífica.
Testigos señalaron que los manifestantes, entre los que había opositores a la aplicación de vacunas, acusaron a las autoridades del ámbito político y también a los médicos de generar pánico y de recortar los derechos básicos de la población.