Los líderes mundiales comenzaron a llegar a Buenos Aires el jueves para la cumbre del G20, y se espera que la atención se centre en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el asesinato de un periodista saudí en el consulado de Estambul y el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Se supone que la cumbre de dos días que inicia el viernes se centrará en el desarrollo, infraestructura y seguridad alimentaria, pero esos temas parecen secundarios en medio de las tensas relaciones entre Estados Unidos y Europa, y en momentos en que Estados Unidos, México y Canadá establecen la redacción final de un nuevo tratado de libre comercio, que está programado a firmarse el viernes.
Michael Shifter, director de Inter-American Dialogue, un grupo de expertos con sede en Washington, dijo que la cumbre del G20 llegó a considerarse como una oportunidad para los miembros latinoamericanos, Argentina, Brasil y México, “proyecten un bloque regional que dicte una agenda global”.
Pero “eso resultó una aspiración fugaz”, añadió.
“El hecho de que el G20 se reúna por primera vez en Sudamérica resulta prácticamente anecdótico”, dijo Shifter. “El presidente argentino Mauricio Macri, anfitrión de la cumbre, ha reducido las expectativas…. Ahora se consideraría un éxito si la cumbre sale bien y sin mayores problemas”.
Sin embargo, el presidente francés Emmanuel Macron, quien voló el miércoles hacia Buenos Aires para ser uno de los primeros en llegar, se aferró a la importancia de la cooperación ideal que representa el G20.
“Creo en nuestra capacidad para que se imponga el espíritu de diálogo y cooperación”, dijo Macron en una conferencia de prensa junto a Macri, advirtiendo que si las naciones “se cierran”, las alternativas podrían ser las guerras comerciales o los conflictos armados.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump tiene programado un encuentro con el mandatario chino Xi Jinping, pero los analistas no están optimistas sobre la posibilidad de un progreso importante en las disputas comerciales entre ambas naciones a un mes de que aumenten los aranceles estadounidenses a los productos chinos.
Shannon O’Neil, experta en comercio global en Council on Foreign Relations, dijo que cree que sea “muy posible” que los aranceles entren en vigor en enero.
“Creo que es un asunto muy importante para Trump y lo usará en su campaña de 2020”, dijo O’Neil. “Solía ser México y el TLCAN, ahora será China”.
Trump, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el presidente de México Enrique Peña Nieto tienen programada la firma del nuevo Tratado México-Estados Unidos-Canadá, que reemplaza al TLCAN, durante una ceremonia el viernes.
Sin embargo, no había mención de la ceremonia del T-MEC en la agencia del primer ministro canadiense Justin Trudeau hasta la tarde del jueves, lo que alimenta la especulación de que podría enviar a su ministra del exterior si Trump no levanta los aranceles al acero y el aluminio.
La canciller canadiense Chrystia Freeland dijo en un video publicado el viernes por el portal noticioso CityNews de Toronto “que aún deben pulirse y definirse una gran cantidad de detalles técnicos”, pero que los tres países “avanzan” para firmar el pacto a tiempo.
El acuerdo aún debe ser aprobado por los legisladores de las tres naciones. O’Neil dijo que prevé que el proceso se realice “sin problemas” en México y Canadá, pero la aprobación podría ser más complicada en Estados Unidos después de que las elecciones cambiaron el control de la Cámara de Representantes, lo que significa que la próxima presidenta de la cámara baja podría ser la demócrata Nancy Pelosi.
“Existen algunas cosas que creo que los demócratas podrían respaldar”, dijo O’Neil. “Pero no me imagino que un nuevo TLCAN sea la primera prioridad de Pelosi, por lo que preveo que eso se prolongue”.
Para Peña Nieto será una visita breve, pues tiene programado volver a México el sábado para la toma de poder de su sucesor, Andrés Manuel López Obrador.
Macri dijo que el tema del asesinato del periodista saudí estaría “sobre la mesa” durante reuniones bilaterales, y posiblemente entre más miembros.
Arabia Saudí ha negado que el príncipe heredero Mohammed bin Salman haya tenido alguna participación en el grotesco homicidio de Jamal Khashoggi. Pero Human Rights Watch lo responsabiliza del hecho y de incurrir en crímenes de guerra en Yemen. Asimismo, las autoridades legales argentinas tomaron medidas preliminares el miércoles para considerar una solicitud para enjuiciarlo por supuestos crímenes de lesa humanidad, una medida con el objetivo aparente de avergonzarlo durante su asistencia a la cumbre.
Se prevé que sea la primera aparición de Bin Salman en un foro internacional desde que ocurrió el homicidio. El mandatario turco Recep Tayyip Erdogan, quien ha arremetido contra Arabia Saudí, también participará en la cumbre.
“Considerando el papel que ha tenido Turquía, considerando que el asesinato ocurrió en el consulado saudí en Estambul, será una reunión interesante”, dijo Willis Sparks, director de macropolítica global para Eurasia Group. “Será interesante ver cómo interactúan los líderes con el príncipe heredero, ver qué tan abiertos son. Preveo que Trump sea muy abierto con él, pero líderes europeos probablemente se muestren renuentes a ser fotografiados a su lado”.-AP