Los empleados de la destilería Du Nord Craft Spirits, en Minneapolis, que había sido modificada en los últimos días para que en vez de alcohol pudiera producir desinfectante con el que combatir el coronavirus, pusieron una serie de carteles que decían: «Éste es un negocio propiedad de un negro». Pero no dejaron las señales en todas las instalaciones. El viernes, las partes de la destilería que no tenían esos signos habían sido impecablemente saqueadas. Las que los tenían, estaban intactas.
«Espero que la comunidad mantenga la calma, y mantenga las protestas centradas en lo que es importante: la muerte de George Floyd, y que no deje que se transformen en lo que fueron ayer y anteayer, cuando degeneraron en una destrucción total», declaró el viernes el dueño de Du Nord Craft Spirits, Chris Montana, a la cadena de televisión CNN, a la que había facilitado fotos y vídeos de la selectiva destrucción de su negocio.
Sus palabras no fueron escuchadas. En las noches del viernes al sábado y del sábado al domingo, más de 20 ciudades de Estados Unidos vivieron una masiva oleada de protestas y violencia por el asesinato a manos del policía Dereck Chauvin -de raza blanca- de George Floyd, un afroamericano de 46 años que había sido denunciado por usar un billete falsificado de 20 dólares (18 euros) en una compra en Minneapolis.