Con la frase «No puedo respirar» como lema, pronunciada por George Floyd cuando moría a manos de la policía en Estados Unidos, miles de personas en todo el mundo comenzaron a desafiar este sábado a la pandemia del coronavirus para manifestarse contra las desigualdades sociales y la brutalidad policial.
De Sídney a Londres, pasando por París o Montreal, este fin de semana están previstas manifestaciones en homenaje a este hombre negro que murió asfixiado por un policía blanco el 25 de mayo en Minneapolis.
Su muerto provocó un movimiento de protesta histórico que cruzó las fronteras de su país y reaviva las aspiraciones de cambio.
En Australia, el país que primero protestó fuera de Estados Unidos, decenas de miles de personas se manifestaron el sábado con pancartas de «No puedo respirar».
Se trata de una referencia a lo que dijo Floyd, cuyo cuello quedó obstruido durante casi nueve minutos por la rodilla del policía que le detuvo por un delito menor.
Según los organizadores de la manifestación en Australia, que no temen el llamamiento del Gobierno a quedarse en casa por la crisis sanitaria, el caso tiene ecos en su país.
Explicaron que quieren denunciar la elevada tasa de encarcelamiento entres los aborígenes, así como los miembros fallecidos (más de 400 en los últimos 30 años) de esta comunidad cuando estaban en manos de la policía.
En Sídney, la manifestación fue autorizada unos minutos antes de que empezara por una decisión de la justicia que anuló una prohibición anterior.
«El hecho de que hayan intentado evitar la manifestación da todavía más ganas a la gente de hacerlo», dijo Jumikah Donovan, uno de los manifestantes.
Muchos llevaban mascarillas de protección e intentaban respetar la distancia de seguridad lo mejor posible.
En Reino Unido miles de personas se han concentrado este sábado ante el Parlamento en Londres y el domingo lo harán ante la embajada de Estados Unidos, aunque el Gobierno ha pedido a los británicos que no salgan a la calle.
«Entiendo porque la gente están profundamente afectados pero todavía nos enfrentamos a una crisis sanitaria y el coronavirus sigue siendo una amenaza real», dijo el viernes el ministro de Sanidad, Matt Hancock.
«Por eso por favor, por la seguridad de sus familiares, no participen en grandes aglomeraciones, como las manifestaciones de más de seis personas», añadió.
En la capital británica se organizaron varias manifestaciones desde hace una semana, a veces marcadas por incidentes con la policía. Hicieron resurgir la cólera de las personas negras contra el «racismo camuflado» y los «abusos» de la policía en su país.
En Francia volvieron también al primer plano las denuncias de violencia policial de los últimos años, haciendo eco a la indignación mundial por la muerte de Floyd.
En París se convocaron manifestaciones el sábado contra la violencia policial para «amplificar el movimiento internacional de solidaridad contra la impunidad de las fuerzas del orden», pero fueron prohibidas por la crisis sanitaria.
Una manifestación está prevista esta tarde frente a la embajada estadounidense, en el corazón de la capital francesa y en el barrio del palacio del Elíseo.
Estos llamamientos a manifestarse «fueron lanzados en las redes sociales (…) sin ninguna declaración previa a la prefectura de policía», indicó el prefecto de París en un comunicado.
También recordó que el estado de urgencia vigente en Francia prohíbe reuniones de más de diez personas en el espacio público.
El martes, una manifestación prohibida reunió sin embargo en París a al menos 20.000 personas, convocada por el comité de apoyo a la familia de Adama Traoré, un joven negro que murió en 2016 cerca de París tras ser detenido por la policía.