Las lluvias, por las que tanto han esperado en varias regiones de Honduras, después de una prolongada sequía, ahora que han comenzado a arreciar están causando daños como inundaciones y derrumbes, al grado de que la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) ha comenzado a declarar alertas preventivas.
El jueves, la Copeco declaró “alerta verde” por 48 horas en los centrales departamentos de Comayagua y Francisco Morazán, y Choluteca, sur del país, fronterizo con Nicaragua, debido al riesgo de posibles deslizamientos por los niveles de saturación del suelo que alcanzan entre el 60 y 75 % por ciento y también a la continuidad de las lluvias.
El organismo de protección civil también declaró “alerta verde” para la región costera del Golfo de Fonseca, Pacífico, que Honduras comparte con El Salvador y Nicaragua, por cinco días, debido a un alto oleaje que se podría estar registrando en estos días.
Las lluvias han causado deslizamientos en comunidades de los occidentales departamentos de Ocotepeque y Lempira, lo mismo que Comayagua, lo que ha obedecido a las fuertes lluvias que desde el pasado día 19 comenzaron a azotar a varias regiones del país, según expertos del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), de la Copeco.
Un oficial del Cenaos, Carlos Canales, dijo a Efe en Tegucigalpa que las lluvias han sido de moderadas a fuertes en el centro, oriente, sur y occidente del país centroamericano, cuyo territorio es altamente vulnerable a fenómenos naturales como tormentas tropicales y huracanes.
Pero la intensidad que han tenido las lluvias en el centro, sur y occidente, comenzará a bajar a partir de hoy y estarían volviendo a ser intensas entre el martes y miércoles de la próxima semana en los departamentos de Comayagua, Francisco Morazán, El Paraíso, Choluteca, Valle y La Paz, este último en la región suroccidental de Honduras.
Entre el viernes y el martes de la próxima semana habrá “precipitaciones a nivel nacional, pero no con la intensidad que hemos tenido en los últimos días”, expresó Canales.
Según los pronósticos del Cenaos, las próximas lluvias podrían ser a razón de cuatro días por semana y estarían finalizando hacia el 5 o 7 de noviembre.
Eso implica que lo que le resta de lluvias a Honduras son de 30 a 35 días, según lo que indicó Canales.
Los agricultores, principalmente los pequeños, por lo general con cultivos de subsistencia, que no pudieron sembrar maíz y fríjoles entre mayo y junio por la severa sequía, o los que sí lo hicieron pero perdieron más del 50 por ciento por la severa sequía, han comenzado a la siembra de postrera atendiendo recomendaciones de la Secretaría de Agricultura.
Las lluvias, aunque en algunos casos están causando daños materiales, también son un alivio para ciudades como Tegucigalpa, la capital hondureña, que con 1,5 millones de habitantes, está sufriendo un drástico racionamiento de agua debido a la prolongada sequía de este año.
El racionamiento, que ahora es de recibir agua cada siete días, podría elevarse a diez a partir de la próxima semana.
La preocupación de las autoridades locales es porque el ciclo de lluvias, que ha llegado tarde, no será suficiente para llenar a su máxima capacidad las dos principales represas de la ciudad, Los Laureles y La Concepción, lo que será un problema para enfrentar el verano de 2020, que también se prevé que será severo.
La de Los Laureles, con capacidad para 10,5 millones de metros cúbicos, ha tenido una buena recuperación por las lluvias de la última semana, pero las precipitaciones siguen y seguirán siendo insuficientes para la Concepción, que capta 36 millones de metros cúbicos.-EFE