Presentó oficialmente su postulación la semana pasada, en un acto muy controversial. Entre las peleas públicas con Kim Kardashian, su esposa, y las dudas sobre su salud mental, el artista afirma que sigue en carrera.
Cuando parecía que la inscripción a la carrera presidencial ya estaba cerrada y que toda la atención iba a estar depositada exclusivamente en Donald Trump y en Joe Biden, apareció Kanye West. Si algo le faltaba a la exaltada política estadounidense era la irrupción de otro personaje controversial —por momentos estrafalario—, que lanzó su candidatura en medio de promesas insólitas, confesiones íntimas, llanto, declaraciones incomprensibles y un fuerte mensaje de su esposa hablando sobre su delicada salud mental.
Aunque los Estados Unidos tienen uno de los bipartidismos más fuertes del mundo, en todas las elecciones se presentan muchos otros candidatos. En 2016 se anotaron 1.780, aunque solo ocho pudieron incluir sus boletas en más de siete estados y apenas tres en los 50.
El popular rapero y diseñador, que en 2014 formó con Kim Kardashian uno de los matrimonios más mediáticos del planeta, y que admitió no haber votado nunca en su vida, ya no podrá ingresar en el selecto grupo de postulantes con papeleta en todos los estados. Se anotó demasiado tarde. Sin embargo, el sistema electoral le ofrece un último recurso, que le permitiría a cualquier ciudadano votar por él, escribiendo su nombre en un papel.El llanto de Kanye West durante el discurso de campaña (Lauren Petracca Ipetracca/The Post And Courier via AP)
“Debemos realizar la promesa de los Estados Unidos, confiando en Dios, unificando nuestra visión y construyendo nuestro futuro. Voy a presentarme como candidato a presidente”, escribió Kanye el 4 de julio en su cuenta de Twitter, seguida por más de 30 millones de personas. Ese fue el anuncio oficial.
Para muchos fue inesperado, aunque no se puede negar que lo había anticipado. Fue en 2015, durante la entrega de los MTV Video Music Awards, en los que ganó el Premio Vanguardia. “No se trata de mí. Es sobre las ideas. Nuevas ideas. Gente con ideas. Gente que cree en la verdad (…) He decidido competir por la presidencia en 2020”, dijo en su discurso de aceptación, que duró 13 minutos.
Es cierto que su campaña está siendo más accidentada de lo que se esperaba —y las expectativas no eran bajas—. En su primer y único acto de campaña, el domingo pasado en Charleston, Carolina del Norte, se lo vio más errático que de costumbre. Apareció ante el público con un chaleco antibalas que tenía la leyenda “Seguridad” y un 2020 afeitado en su cabeza. No tenía micrófono, así que costaba escuchar lo que decía, aunque prometió diseñar salas con mejor acústica en futuras presentaciones.Los mensajes en Twitter de Kanye West que debió borrar. Atacaba a su esposa Kim Kardashian y a su suegra, Kriss Jenner (Twitter)
Después de cuestionar a la abolicionista Harriet Tubman, que liberó a una gran cantidad de esclavos en el siglo XIX, contó entre lágrimas que su padre trató de “abortarlo” y reconoció que él mismo pensó en hacerlo con North, su primogénita. “¡Casi mato a mi hija! ¡Casi mato a mi hija!”, gritó con la voz desgarrada. Al día siguiente, escribió una ráfaga de tuits —algunos, ininteligibles—, en los que acusó a su esposa de querer encerrarlo en un manicomio, en lo que consideró un acto de “supremacismo blanco”.
Kardashian respondió el miércoles con un largo mensaje en su cuenta de Instagram. Pidió comprensión para su marido, de quien dijo que padecía un trastorno bipolar que se agravó en los últimos meses. “Aquellos que entienden las enfermedades mentales o incluso el comportamiento compulsivo saben que la familia es impotente a menos que el miembro sea menor de edad”, escribió.
No está claro qué es lo que busca Kanye con su postulación, ni si va a continuar en carrera para competir el 3 de noviembre. Muchos analistas creen que no se lo puede tomar en serio. No obstante, la historia reciente muestra demasiados ejemplos de personajes exóticos que fueron ridiculizados y terminaron ganando elecciones. Donald Trump, Jair Bolsonaro y Volodymyr Zelensky son los casos más notorios.El mensaje publicado por Kim Kardashian sobre la salud mental de Kanye West
“Mucha gente está preocupada por el estado mental de Kanye West en este momento. Siempre ha sido polémico, pero parece estar perdiendo toda asociación con la realidad. Suelta cosas que se asemejan a las divagaciones de alguien que necesita atención médica. Irónicamente, creo que esto lo convertiría en un candidato ideal para competir junto a Trump, ya que ambos cultivan personajes similares. Los dos fueron de izquierda a derecha; abrazan sentimientos populares y los abandonan rápidamente; son extremadamente privilegiados, pero buscan representarse a sí mismos como el hombre común cuya verdad y genio no puede ser contenida. Creo que sería el máximo espectáculo ver a Trump y West en un debate político. También marcaría el final de la democracia tal como la conocemos”, dijo a Infobae Chris Richardson, profesor de estudios de la comunicación y coordinador del Programa de Cultura Popular del Young Harris College.
No es que Kanye vaya a terminar siendo presidente. Por las características del sistema político estadounidense, por más exitosa que sea su campaña de acá en más, es prácticamente imposible. Pero, si insiste en su candidatura, puede alterar un debate político que ya está enrarecido, en el marco de un proceso electoral muy incierto, cuyo resultado va a ser determinante para el futuro de todo el mundo.
“Su discurso político perdió el foco en los últimos años. Debido a que está claro que tiene alguna enfermedad mental y sus mensajes son tan dispersos, es difícil especular qué es lo que quiere lograr al presentarse. Parece más un truco publicitario que una decisión pensada. También es posible que el objetivo sea atraer a votantes que podrían ir a Joe Biden, dada la relación de Kanye con Trump. Desafortunadamente, muchos descartaban la candidatura de Trump, por lo que los intentos de las celebridades de obtener cargos políticos tan altos como la presidencia deben ser tomados en serio”, sostuvo Stephanie Schartel Dunn, doctora en filosofía de la comunicación y profesora de marketing en la Missouri Southern State University, consultada por Infobae.Kim Kardashian y Kanye West durante la fiesta de Vanity Fair organizada con motivo de la entrega de los premios Oscar en Berverly Hills, Los Ángeles, el 9 de febrero de 2020 (REUTERS/Danny Moloshok/File Photo)
Música, fama, política y salud mental
Kanye Omari West nació en 1977 en Atlanta, Georgia, pero creció en Chicago, Illinois. Su ingreso al mundo del hip hop fue como productor musical, hasta que en 2004 dio el gran salto con el lanzamiento de su primer disco, The College Dropout. El éxito en la crítica y en el público fue rápido, lo que le permitió forjar una prolífica carrera musical, en la que lleva cosechados 21 premios Grammy.
Hoy es considerado por muchos uno de los artistas más influyentes del siglo XXI. Sobre todo, porque tuvo la capacidad de pasar con suceso de la música al diseño, y de ahí al mundo de los negocios. Yeezy, su línea de zapatillas e indumentaria, hizo acuerdos millonarios con Adidas, Nike, Gap y Louis Vuitton, y cientos de miles de personas están dispuestas a pagar mucho dinero por sus productos.
“West ha cautivado a grupos de fans diferentes y a veces contradictorios a lo largo de los años —dijo Richardson—. Cuando ganó popularidad con Jesus Walks en 2004, atrajo a jóvenes fans del hip hop de comunidades tanto blancas como no blancas, así como a varios cristianos. Luego se alejó de los temas de base cristiana y rapeó sobre las mujeres y el estatus de manera más estereotípica y explícita. Siempre se ha presentado como un artista más emocional que los raperos tradicionales, distinguiéndose de las asociaciones habituales del hip hop con los barrios pobres de clase trabajadora. Aunque es de Chicago, su madre era profesora y sus luchas para encajar en la universidad y comprar las remeras adecuadas lo diferenciaron de muchos contemporáneos a principios de la década de 2000”.Kim Kardashian y Kanye West en la MET Gala 2019 (Foto: Angela Weiss/AFP)
La vida de Kanye se hizo incluso más pública a partir de 2012, cuando empezó a salir con Kim Kardashian, máxima estrella del universo de los reality shows. North, su primera hija, nació en 2013 y se casaron en 2014 en una fastuosa ceremonia en el Forte di Belvedere, en Florencia. Buena parte de los preparativos fue transmitida en el programa “Keeping Up With The Kardashians”. La pareja tuvo tres hijos más: Saint, Chicago y Psalm.
Más allá de destacarse como músico y de exponer su vida privada junto a su esposa, Kanye mostró siempre una predisposición especial hacia los escándalos. Nadie se olvida en el ambiente musical de su participación en los MTV Video Music Awards de 2009. Mientras Taylor Swift recibía el premio al mejor video femenino, el rapero subió al escenario y tomó el micrófono para decir “Taylor, me alegro mucho por ti, pero Beyoncé hizo uno de los mejores videos de todos los tiempos”. Todos quedaron perplejos.
Muchas de sus declaraciones más controversiales en los últimos años han tenido un contenido netamente político. Desde 2016, Kanye empezó a acercarse a Trump, lo que generó mucho rechazo en el entorno del hip hop, que no tiene mucho aprecio por el presidente. En medio de un concierto en San José, California, días después de las elecciones de 2016, dijo que, si hubiera votado, lo habría hecho por quien resultó ganador. “¡Construyan el muro!”, exclamó después. El público respondió con silbidos.Kanye West habla por teléfono antes de asistir a la presentación de Versace en Nueva York, 2 de diciembre de 2018 (REUTERS/Allison Joyce/Foto de archivo)
En diciembre, Kanye visitó al presidente electo en la Trump Tower de Nueva York, para concretar el acercamiento. En 2018, realizó una serie de tuits para mostrar su apoyo al mandatario y a su “energía de dragón”. Ese mismo año, Trump lo recibió en la Casa Blanca. West se sentó en el Salón Oval y se puso la gorra roja con el eslogan “Hagamos a Estados Unidos grande otra vez”, el sello de Trump.
Desde el anuncio de su candidatura, Kanye dio algunas precisiones sobre su posicionamiento político. La mayoría parece atravesada por un fervor religioso emparentado con el discurso evangélico ultraconservador. Una de las temáticas recurrentes en las expresiones más radicalizadas de estos grupos es el rechazo a las vacunas. En una entrevista con Forbes dos semanas atrás, el rapero dijo que eran “la marca del monstruo”. “Quieren poner chips dentro de nosotros, quieren hacer todo tipo de cosas, para que no podemos cruzar las puertas del cielo”, afirmó.
A pesar de su oposición personal al aborto, dijo que “siempre debería ser legal”. Aunque sostuvo que habría que incentivar a las mujeres para que no lo hagan. “Debería haber una opción de aumento máximo (…) Que todo el que tenga un bebé reciba un millón de dólares”, dijo en el acto de la semana pasada.Kanye West y el presidente electo Donald Trump en la Torre Trump el 13 de diciembre de 2016 en Nueva York (FOTO AFP / TIMOTHY A. CLARY)
Otra de sus propuestas es “restituir el miedo y el amor a Dios en todas las escuelas”. Kanye sostuvo que retirar la enseñanza religiosa y el rezo en las aulas públicas fue “un plan del Diablo para que nuestros hijos se suiciden al máximo, eliminando a Dios”.
Se opone a restringir la venta de armas con el argumento de que “disparar pistolas es divertido”, y de que, si se impusieran muchos controles, otros países podrían invadir Estados Unidos y esclavizar a la población. Pero cuando Forbes le preguntó por un plan más detallado en política exterior, no tuvo respuesta: “No lo he desarrollado todavía. Estoy enfocado en proteger a Estados Unidos, primero, con nuestro gran ejército”.
Tampoco tiene un proyecto de política impositiva, pero dijo que ya sabía cómo desarrollar uno. “Investigaré eso con los mejores expertos que sirvan a Dios y volveré con la mejor solución. Y esa será mi respuesta para cualquier cosa que no haya investigado”, contó.Kanye West y Donald Trump en la Casa Blanca, en 2018 (AFP)
Este progresivo acercamiento a la política ocurrió en paralelo a un aparente deterioro de su salud mental. En noviembre de 2016, tras terminar intempestivamente un concierto, se internó en una clínica de Los Ángeles con un cuadro de depresión, después de haber experimentado episodios de paranoia. Dos años más tarde, contó que tiene un trastorno bipolar.
En 2019 se explayó largamente al respecto en una entrevista con David Letterman. “Si no tomas medicamentos todos los días, puede llevarte a un punto en el que incluso puedes terminar en el hospital (…) Cuando estás en este estado, estás hiperparanoico por todo (…) Todo el mundo es ahora un actor. Todo es una conspiración. Tú ves todo. Sientes que el Gobierno te está poniendo chips en la cabeza. Sientes que te están grabando. Sientes todas estas cosas”.
“Creo que Kanye West se encuentra en plena crisis de salud mental y sin el apoyo necesario de sus amigos y de su familia. En un contexto político totalmente tóxico, está encontrando apoyo en el discurso racista de la derecha, disfrazándolo de librepensamiento. Concretamente, su candidatura no tendrá mucha importancia, pero sí contribuirá a la mezcolanza y a la confusión ideológica presente”, dijo a Infobae George Ciccariello-Maher, profesor del Instituto Hemisférico de Performance y Política.Kanye con la clásica gorra roja de Trump (AFP)
Los terceros candidatos en Estados Unidos
Si bien todas las elecciones están dominadas por republicanos y demócratas, no siempre pasan desapercibidos los postulantes de otras fuerzas políticas. El caso paradigmático es el del magnate Ross Perot, que se presentó con bastante éxito en las elecciones presidenciales de 1992.
Esos comicios fueron los últimos en los que un mandatario en ejercicio no pudo conseguir la reelección. Con un discurso cercano al Partido Republicano, Perot sumó el 19% de los votos, que salieron principalmente del bolsillo del presidente George H. W. Bush, que sacó 37%, lejos del demócrata Bill Clinton, que ganó con el 43 por ciento. Perot volvió a presentarse en las elecciones de 1996, con menos éxito, pero con el mismo beneficiario: obtuvo apenas el 8%, frente a 41% de Bob Dole y 49% de Clinton, reelecto sin sobresaltos.
Tuvieron que pasar 20 años para que un tercer candidato superara el 3% de los sufragios. Gary Johnson, del Partido Libertario, el único que pudo poner su nombre en todos los estados junto a Trump y a Hillary Clinton, cosechó 3,3% en las últimas elecciones. De todas maneras, su impacto en la contienda fue mínimo, porque no pudo sentar a ningún delegado en el Colegio Electoral y nada hace pensar que Clinton habría ganado si él no se presentaba.El magnate Ross Perot, ex candidato a presidente (AFP)
Kanye cuenta con la ventaja de ser mucho más conocido y popular que cualquiera de los otros terceros candidatos. Pero, a diferencia de Perot y de Johnson, no podrá poner una boleta propia en todos los centros de votación del país. Para eso es necesario presentar documentación con una determinada cantidad de adhesiones —las condiciones varían dependiendo del distrito—, y el plazo venció en algunos estados, entre ellos Texas y Nueva York, dos de los cuatro más poblados.
Los únicos estados en los que llegó a presentar a tiempo los avales son, por ahora, Oklahoma e Illinois. Aunque había dicho que su partido se iba a llamar Birthday Party —porque, “cuando gane, será el cumpleaños de todos”—, se anotó como candidato independiente.
“Es posible que Kanye West permanezca en carrera hasta noviembre, pero es más probable que su postulación pierda impulso y que se retire antes del día de las elecciones. En este momento, su candidatura ha recibido poca atención de los votantes, salvo como una novedad. Para ser viable en el futuro, necesitaría ganar la atención de los medios de comunicación, porque las redes sociales no son suficientes. La atención mediática le daría una mayor audiencia y un sentido de seriedad a su campaña. Pero incluso si se quedara en la carrera hasta el día de las elecciones, las posibilidades de que consiga un número significativo de votos son escasas. Su campaña no parece estar bien organizada y no tiene un gran atractivo. Aunque algunos electores pueden estar buscando una alternativa este noviembre, la mayoría no se muestran muy intrigados por su candidatura. No hay suficiente zumbido alrededor de ella y la falta de organización causará importantes problemas logísticos”, explicó Michael Parkin, profesor de política del Oberlin College, en diálogo con Infobae.Kanye West mira al público durante el acto del domingo en North Charleston (REUTERS/Randall Hill/File Photo)
La alternativa que tiene Kanye para sumar votos en los distritos en los que no tendrá boleta será a través de una modalidad arcaica, pero legal: la candidatura escrita. En la mayoría de los estados, si los electores escriben un nombre en un papel y lo depositan en la urna, el voto se considera válido, siempre que se cumplan ciertos requisitos, que varían entre una jurisdicción y otra. Por ejemplo, en Texas y en Nueva York es necesario que se anote previamente. Aún está a tiempo para eso.
En caso de que Kanye decida ir a fondo con su candidatura, el mayor interrogante es qué impacto puede tener en una contienda que se anticipa muy apretada. Ni Trump ni Biden pueden permitirse ceder votos, y no está claro a quién podría sacarle más.
“Kanye parecía ser un rapero con conciencia cuando ganó popularidad, llamando la atención sobre temas de justicia social como los estereotipos raciales, el privilegio de clase y el complejo carcelario-industrial —dijo Richardson—. Estos son temas políticos mayormente de izquierda, que se ajustarían bien a los valores demócratas. Pero, con sus asociaciones con Trump, sus preocupantes comentarios sobre la esclavitud y más recientemente sobre Harriet Tubman, así como sus temas religiosos radicales, parece inclinarse mucho más hacia la derecha conservadora cristiana. Como se vio con gran parte de su trabajo, no representa un punto de vista político o ideológico consistente. A lo largo del tiempo, se ha alineado con grupos muy diferentes. No creo que nada de lo que ha estado diciendo pueda encajar en ningún sistema coherente de creencias”.
Entre los votantes negros registrados, Biden suma el 83% de los votos, contra apenas 8% de Trump, según un promedio de encuestas presentado por CNN esta semana. Si bien Kanye es un artista que transciende las diferencias sociales y raciales, su cultura musical está especialmente difundida entre los afroamericanos. Algunos, políticamente representados por el Partido Demócrata, podrían sentirse personalmente interpelados por Kanye.Una multitud, en su mayoría adultos jóvenes, escucha al rapero Kanye West en su primer mitin (REUTERS/Randall Hill)
“No me dirán a quién voy a votar por mi color de piel”, dijo Kanye en una entrevista reciente. “Decir que el voto negro es demócrata es una forma de racismo y de supremacía blanca”, agregó. Fue un mensaje a Biden, que había dicho que “si alguien vota por Trump no es negro”.
“Difícilmente Kanye dañe Trump o a Biden —dijo Parkin—. No es probable que consiga suficientes votos para hacerse valer al final del día, y no disputará ningún estado sólido en términos de votos en el Colegio Electoral. Seguramente, Kanye obtendrá la mayoría de su apoyo de personas que de otra manera no habrían votado en las elecciones. Estaría generando sus propios votos en lugar de tomarlos de cualquiera de los dos principales candidatos”.
El discurso de Kanye se ha ido alineando cada vez más con el de Trump. De hecho, hasta hace unos meses, él decía que iba a votar por la reelección. Tras anunciar su candidatura, dijo que si Trump no fuera presidente se habría presentado en las primarias republicanas. Así que, si la política tuviera alguna lógica —usualmente no la tiene—, los votantes de Trump deberían sentirse más cerca de Kanye que los de Biden.
“La gente que lo votaría probablemente lo haga como un voto de protesta, y no se espera que esta próxima elección tenga muchos votos de protesta”, dijo a Infobae Valerie R. O’Regan, profesora de ciencia política de la Universidad Estatal de California, Fullerton. “Esto se debe a la actitud actual sobre el liderazgo de Trump. La gente se está tomando esta elección más en serio y el apoyo al presidente parece estar disminuyendo debido a su cuestionable liderazgo en la pandemia de COVID-19 y a otras controversias internacionales. Además, la cobertura mediática de Kanye no ha sido sobre su candidatura a la presidencia, sino sobre su estabilidad mental. Debido a que no obtendrá muchos votos, no le sacaría ni a Trump ni a Biden”.