El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA), general Roosevelt Hernández, volvió a cargar este viernes contra medios de comunicación que han cuestionado sus declaraciones y el rol de las Fuerzas Armadas, acusándolos abiertamente de «mentir, tergiversar y pretender desunir al pueblo hondureño».
El alto oficial, en un tono confrontativo, descalificó la labor informativa de la prensa nacional, a la que responsabiliza de difundir una supuesta “narrativa falsa y criminal” que, según él, busca afectar la imagen de la institución castrense. Las declaraciones de Hernández representan un preocupante intento de desacreditar la función crítica y fiscalizadora de los medios en una sociedad democrática.
Lejos de rectificar o abrir espacios para la rendición de cuentas, el discurso del jefe militar se alineó nuevamente con la postura oficialista durante la celebración del 94 aniversario de la Fuerza Aérea Hondureña. En su mensaje, Hernández aseguró que las Fuerzas Armadas garantizarán elecciones limpias el próximo 30 de noviembre y que el poder será entregado de manera puntual el 27 de enero de 2026, reafirmando públicamente su respaldo al gobierno de la presidenta Xiomara Castro.
En un episodio que refleja una peligrosa cercanía entre la institución militar y el poder político, Hernández juró lealtad a la mandataria, asegurando que las Fuerzas Armadas continuarán protegiendo las políticas públicas del actual gobierno.
Además, culpó al crimen organizado y a la corrupción de intentar desestabilizar al país y manchar la imagen de las Fuerzas Armadas, declaraciones que fueron respaldadas por el periódico oficial castrense, el cual también lanzó ataques contra la prensa, sugiriendo que los medios estarían alineados con estructuras criminales.
El tono hostil del jefe castrense hacia el periodismo independiente es un grave retroceso en materia de libertad de prensa y evidencia una actitud de intolerancia ante la crítica, fundamental en todo sistema democrático. La condena a estas declaraciones se hace necesaria ante el riesgo que representan para la garantía del ejercicio periodístico libre y sin presiones.