Un análisis presentado hoy por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) ha puesto de manifiesto graves inconsistencias en los procesos de adquisición de medicamentos durante la emergencia sanitaria. Según el informe, se han detectado retrasos y sobrecostos que superan los 95 millones de lempiras, lo que ha afectado el suministro de medicamentos esenciales y, en consecuencia, el derecho a la salud de las poblaciones más vulnerables.
El estudio detalla que tras la eliminación del fideicomiso para la compra de medicamentos en 2022, el gobierno ha recurrido a compras directas bajo el marco de la emergencia sanitaria, un proceso que ha sido calificado como ineficiente y poco transparente. En particular, se ha observado un aumento significativo en los precios de al menos 30 medicamentos, lo que ha contribuido a un sobrecosto alarmante.
El análisis de la ASJ también destaca problemas en el proceso de licitación LPN-08-2023, que comenzó el 24 de octubre de 2023. Aunque 36 empresas participaron, solo se adjudicaron 252 de los 383 medicamentos solicitados, dejando 34 partidas desiertas y rechazando 97 debido a incumplimientos técnicos, financieros o legales. Esto ha puesto en riesgo la disponibilidad de medicamentos críticos para tratar condiciones graves como el cáncer y las arritmias.
El informe revela que en comparación con compras anteriores, el 52 % de los medicamentos adquiridos en la reciente licitación resultaron más costosos que en 2022, mientras que el 38 % presentó sobrecostos respecto a las compras de 2023. Esto pone de relieve la necesidad de mejorar la eficiencia y competitividad en los procesos de contratación pública.
Además, se señala que el plan de entrega de medicamentos presenta demoras, con entregas fraccionadas en nueve momentos, lo que afecta aún más el abastecimiento de fármacos esenciales.
Ante estos hallazgos, la ASJ ha instado a la Secretaría de Salud y a los organismos de control a investigar las causas de estos sobrecostos y a retomar las licitaciones públicas, en lugar de las compras directas, para asegurar una mayor transparencia y eficiencia. También se recomienda implementar un sistema de planificación anual de compras para optimizar costos y garantizar un abastecimiento constante.
Finalmente, la ASJ ha sugerido que, para evitar futuros desabastecimientos, se inicie en octubre de 2024 el proceso de compras de medicamentos para el año 2025, replicando prácticas de planificación exitosas del pasado.