Un año nuevo sin odio, rencor y retomar la costumbre en el contexto de la familia, de bendecir a sus semejantes, solicitaron autoridades de la Iglesia Católica de Honduras, durante la homilía celebrada el fin de año en honor a la Sagrada Familia.
La misa fue oficiada por el cura párroco de la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel en el centro de Tegucigalpa, Juan Carlos Martínez en ausencia del cardenal, Óscar Andrés Rodríguez.
Martínez lamentó que “los hondureños ahora estamos más propensos a maldecir, a desear el mal y lo peor, pero la Palabra de Dios demanda que terminemos el año e iniciemos uno nuevo, suscitando una bendición en nuestro corazón”.
Los hondureños deben bendecir a los demás, desear lo mejor e interceder por la familia y sobre todo papa que el prójimo y semejantes, encuentren en Dios la respuesta a sus necesidades, a sus problemas y enfermedades, según el mensaje.
Martínez aconsejó establecer proyectos y propósitos para inicio del año, mediante el ejemplo de Moisés, en relación a una bendición que se ofrece al pueblo y que se derrama sobre los hijos de Dios.
“Qué bonito poder terminar el año sabiendo que Dios nos bendice, que Dios mismo desea para nosotros todo lo mejor. Bendecir es desear bien y eso es lo que el Señor muestra en la primera lectura”, apuntó el prelado.
“Tal vez no lo tenemos presente en nuestra vida o se ha perdido la costumbre que a veces se otorgaba en el seno familiar, cuando uno estaba pequeño y salía de casa, a la escuela o a jugar, aun cuando ya estábamos jóvenes e íbamos al colegio o al trabajo, la costumbre era que los padres daban la bendición al salir de casa para que nada les sucediera, para que Dios nos cuidara, nos protegiera y tal vez esa costumbre se ha perdido en la familia”, recordó.
Es la misma realidad en la sociedad y hasta en los grupos de oración, que ya no se practica o se acostumbra a bendecir a nuestros hermanos, agregó.-LaTribuna.hn