Un mensaje publicado por el presbítero hondureño Víctor Manuel Cortés Calderón ha generado revuelo en el ámbito político y religioso del país, al advertir que lo ocurrido en Argentina con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner podría repetirse en Honduras.
El sacerdote escribió en sus redes sociales:
“Ella atacó y calumnió al arzobispo de Buenos Aires, Argentina, cardenal Jorge Bergoglio (hoy Papa Francisco), la justicia la condenó por corrupción. Hoy es Argentina, mañana en Honduras”, junto a una imagen de la exmandataria condenada.
Aunque no mencionó directamente a figuras nacionales, su mensaje fue interpretado como un señalamiento indirecto al oficialismo hondureño, especialmente al partido Libertad y Refundación (Libre), en medio de un contexto marcado por tensiones entre líderes religiosos y actores políticos.
Contexto de la publicación
El pronunciamiento del padre Cortés se dio días después de que la candidata presidencial de Libre, Rixi Moncada, criticara a sacerdotes y pastores por, según ella, utilizar el púlpito para atacar al gobierno. Moncada reafirmó que Honduras es un Estado laico y reprochó lo que considera una intromisión religiosa en asuntos de Estado.
La publicación del sacerdote parece responder a esa narrativa, estableciendo un paralelismo entre la situación de la exmandataria argentina —condenada a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos por actos de corrupción— y lo que podría ocurrir, según él, en la política hondureña.
Una advertencia con carga simbólica
Para diversos observadores, la frase “Hoy es Argentina, mañana en Honduras” no es solo una expresión religiosa, sino una advertencia política: quien intenta desacreditar o enfrentar a la Iglesia, podría terminar enfrentando consecuencias legales y morales.
La tensión entre sectores eclesiásticos y el gobierno de Libre no es nueva, pero esta declaración añade una nueva capa de confrontación, reflejando el malestar creciente de líderes religiosos ante lo que perciben como señales de autoritarismo y falta de apertura al diálogo por parte del oficialismo.
Un debate que sigue abierto
El mensaje del padre Cortés Calderón se suma a una serie de declaraciones recientes que muestran el distanciamiento entre la Iglesia y el poder político. Aunque desde el oficialismo se insiste en la separación entre Iglesia y Estado, sectores religiosos continúan participando activamente en el debate público, sobre todo cuando perciben amenazas a valores fundamentales o a la libertad de expresión.
En medio de este cruce de posturas, el mensaje del sacerdote ha encendido una discusión nacional que va más allá de lo espiritual, y que pone sobre la mesa preguntas clave sobre democracia, justicia y el papel de las voces críticas en el país.