Honduras tiene una «gran oportunidad» de captar inversiones bajo el gobierno de Xiomara Castro, aseguró la diplomática nominada para ser embajadora de Estados Unidos en ese país centroamericano, quien prometió trabajar para fomentar la relación de Tegucigalpa con Taiwán y «otras democracias».
Durante su audiencia de confirmación en el Senado, Laura Farnsworth Dogu sostuvo que los esfuerzos de Honduras para atraer capital extranjero se ven complicados por «una fuerza laboral poco calificada», «corrupción endémica» y «las regulaciones y el poder judicial impredecibles».
«Por lo tanto, es muy importante trabajar con ellos para hacer cosas como desregular» de modo que «sea un mejor lugar para que lleguen inversionistas externos», afirmó.
Honduras es uno de los países más pobres de las Américas, según el PIB per cápita.
Para Farnsworth Dogu, el gobierno de Castro, quien asumió mes pasado tras ganar las elecciones por abrumadora mayoría, puede promover que se instalen en Honduras empresas que buscan relocalizar su producción más cerca de Estados Unidos.
«Creo que hay una gran oportunidad en todo eso», sostuvo sobre la posibilidad de un ‘nearshoring’, como se conoce el fenómeno de externalización cercana de las cadenas de suministro.
Pero advirtió que esto «realmente dependerá» del trabajo conjunto del gobierno de Castro y el nuevo Congreso para aprobar la legislación necesaria, y luego del «papel clave» del Poder Judicial para garantizar seguridad jurídica a los inversores.
Farnsworth Dogu, una diplomática de carrera que fue embajadora de Nicaragua de 2015 a 2018, enfatizó la importancia del vínculo de Honduras con Taiwán, una isla que China reclama como parte de su territorio y que Washington prometió defender en caso de ataque de Pekín.
«Si soy confirmada, dejaré en claro la importancia de la relación Honduras-Taiwán y haré todo lo posible para mejorar las asociaciones de Honduras con otras democracias», aseveró.
Durante la campaña electoral, la izquierdista Castro había anunciado que restablecería la relaciones con China, pero luego cambió de parecer. Honduras es uno de los 14 países que aún reconocen a Taiwán, luego de que Nicaragua se aliara en diciembre con Pekín.
El senador republicano Marco Rubio, que ha dicho que Taiwán es «un modelo» de lo que Estados Unidos quiere para Asia, llamó a Farnsworth Dogu a, en caso de ser confirmada, «usar su amplia experiencia diplomática previa, incluidos en lugares muy difíciles como Nicaragua», para que Honduras no termine reconociendo a esa isla como parte de China.
También confió en que el gobierno de Castro «aproveche la oportunidad para implementar reformas de sentido común» para que Honduras sea más receptivo a la inversión extranjera.
«Si se fabrican más cosas en naciones como Honduras más cerca de nuestro país, tendremos una cadena de suministro más segura, y que dependerá menos de las interrupciones provenientes de otras regiones del mundo», dijo Rubio.
Y agregó: «Espero que la nueva presidenta siga ese camino, y no el ejemplo que le dio su esposo cuando era presidente y simpatizó con (Hugo) Chávez en Venezuela y Raúl Castro en Cuba».
El marido de Castro, Manuel Zelaya, depuesto en un golpe de Estado en 2009 cuando intentó impulsar un referendo sobre la reelección presidencial, que fue visto por sus críticos como una maniobra para mantenerse en el poder, era un aliado del fallecido líder socialista venezolano Hugo Chávez.
El mismo día en que asumió, Castro reinició el vínculo con el gobierno venezolano de Nicolás Maduro, el delfín de Chávez que Estados Unidos considera un dictador e imputó de «narcoterrorismo». Las relaciones con Caracas estaban interrumpidas desde 2019, cuando el antecesor de Castro, Juan Orlando Hernández, se sumó al desconocimiento de la reelección de Maduro junto a Estados Unidos y medio centenar de países. AFP