El director general del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (Senasa), Ángel Emilio Aguilar, confirmó este miércoles que Honduras ha contabilizado oficialmente 1,719 casos de infestación por gusano barrenador, de los cuales 64 han sido detectados en personas.
Aunque las cifras siguen siendo inferiores a las reportadas por otras naciones centroamericanas, el funcionario alertó que la enfermedad continúa extendiéndose a lo largo del territorio nacional, con presencia creciente en diversos departamentos.
El gusano barrenador es una plaga causada por las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax (Coquerel), un insecto que deposita sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente, incluidos los humanos. Al eclosionar, las larvas penetran en los tejidos vivos alimentándose de ellos, lo que provoca lesiones graves y, en muchos casos, infecciones secundarias.
Las consecuencias de esta infestación son especialmente severas en el sector pecuario, donde las pérdidas se reflejan en la disminución de la producción de carne y leche, así como en la muerte de animales afectados. Los más perjudicados son bovinos, ovinos y caprinos, aunque ninguna especie de sangre caliente —ni siquiera las aves— está exenta del riesgo.
Visualmente, las larvas presentan un color blanco cremoso que se torna rojizo al madurar. Se entierran profundamente en la piel de su huésped, manteniéndose en posición vertical mientras perforan hacia el interior de los tejidos. Una vez completado su desarrollo, emergen del cuerpo del huésped y caen al suelo, donde se transforman en moscas adultas listas para reproducirse, perpetuando el ciclo.
Senasa hace un llamado a la población, especialmente a los productores pecuarios, a mantener una vigilancia constante y aplicar medidas de prevención y control, como el tratamiento oportuno de heridas en animales y humanos, para evitar la proliferación de este parásito que amenaza la salud pública y la economía agropecuaria del país.