Después de experimentar una escalada sin precedentes a causa de la guerra ben Ucrania, los precios de los fertilizantes nitrogenados, fosfatados, potásicos y sulfatados comienzan a bajar y dan un respiro a los agricultores hondureños que dependen en un 60% de los químicos importados de Rusia.
Los productores ahora cuentan con buenas noticias, y es que las lluvias están dando paso a las siembras y algunos fertilizantes reportan bajas en sus precios.
El año pasado el saco de abono de la urea costaba entre 1,300 a 1,400 lempiras y ahora se cotiza a 1,000 lempiras, lo que representa una reducción de 300 lempiras.