A un año de gestión del gobierno del bicentenario, este no se ha desprendido de la narrativa del pasado marcada por el gobierno de Juan Orlando Hernández, cuyo fantasma han estado de forma permanente como una constante ancla, más allá de alcanzar un estilo y sello propios.
La narrativa política dominante a lo largo de este período ha sido la herencia del Partido Nacional (PN), en materia de corrupción y narcotráfico, último por el cual Hernández fue extraditado a Estados Unidos donde le espera un juicio en una corte federal de Nueva York.
Los primeros tres meses, esa narrativa política dominante otorgó un respiro holgado a la gestión de la presidenta Xiomara Castro, al señalar que encontraron un país en bancarrota y con estructuras ligadas a la corrupción difícil de desarticular. En esos meses, los reflectores mediáticos dividían sus agendas entre el rostro que iba a tener el nuevo gobierno y el proceso de extradición del expresidente Hernández.