Un excapo del narcotráfico de Honduras afirmó este jueves en una corte de Nueva York que pagó un soborno al hermano del presidente Juan Orlando Hernández, el diputado Antonio Hernández, a cambio de que éste hiciera gestiones para saldar una deuda del gobierno con el cartel.
Devis Leonel Rivera Madariaga, exjefe de la banda Los Cachiros y preso en Estados Unidos, dijo que se reunió con Tony Hernández mientras cooperaba con la agencia antidrogas estadounidense, la DEA. Aunque no precisó la fecha, esta cooperación se dio entre 2013 y fines de 2015, cuando el narcotraficante se entregó a la justicia estadounidense.
Rivera Maradiaga, que se ha declarado culpable de la muerte de 78 personas, entre otros delitos, dijo que ofreció a Tony Hernández un “soborno” porque “él iba a conseguir que las finanzas del gobierno pagaran a Inrimar”, una empresa creada por el cartel para obtener contratos gubernamentales y así lavar dinero del narcotráfico.
“Tony Hernández nos iba a ayudar a nosotros para pagarle un dinero a Inrimar que le debía el gobierno de Honduras”, precisó el excapo en el marco del proceso de Fabio Lobo, hijo del expresidente hondureño Porfirio Lobo (2010-2014) acusado de conspirar para enviar cocaína a Estados Unidos.
Rivera Madariaga dijo al fiscal Emil Bové que grabó esta reunión con Hernández.
La semana pasada, Rivera Madariaga sacudió a Honduras al asegurar en el mismo tribunal que el expresidente Lobo, el actual ministro de Seguridad Julián Pacheco Tinoco, dos diputados y un alcalde también estuvieron involucrados en el narcotráfico, protegiendo al cartel a cambio de sobornos. Todos han negado firmemente las acusaciones.
Antonio Hernández ya había sido vinculado por un alto militar hondureño al narcotráfico y al presunto intento de asesinato del embajador estadounidense en Honduras, James Nealon, el año pasado.
Un general de las Fuerzas Armadas, Santos Rodríguez Orellana, dijo en octubre pasado que fue interrogado por agentes de la DEA que lo vinculaban a él y al diputado Antonio Hernández a un complot para matar al embajador estadounidense.
Tanto Rodríguez Orellana como Antonio Hernández negaron las acusaciones. Hernández viajó a Miami a declarar junto a su abogado, y luego regresó a Honduras.
El presidente Hernández declaró entonces que no defendería a su hermano si resultaba involucrado en narcotráfico porque “en este país nadie está por encima de la ley” aunque “se trate de correligionarios, de mis propios familiares, funcionarios de gobierno o ciudadanos de otros países”.-AFP