El exalcalde de El Paraíso, Copán, Alexander Ardón, recibió una condena de «tiempo cumplido» y libertad vigilada por diez años, después de haber sido declarado culpable de delitos relacionados con narcotráfico. La sentencia fue dictada por el juez Paul A. Engelmayer en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos.
Durante la audiencia, el juez Engelmayer recordó que, aunque Ardón cooperó con las autoridades estadounidenses, su implicación en el tráfico de 250 toneladas de cocaína y su participación en diversos asesinatos fueron factores clave en la sentencia. El juez también mencionó un testigo que había sido golpeado hasta la muerte, cuyos registros fueron utilizados en el juicio.
Engelmayer destacó los cinco años que Ardón pasó bajo custodia en el Centro Metropolitano de Detención, considerando este tiempo como parte de su condena. «He decidido que, debido a las circunstancias de su detención, se le reconozca el tiempo cumplido», comentó el magistrado.
A pesar de la cooperación de Ardón, la sentencia incluye diez años de libertad supervisada, con condiciones estándar y especiales, como la obligación de cumplir con las leyes de inmigración. El exalcalde no tiene residencia legal en Estados Unidos, por lo que se le impuso una multa y se le prohibió la posesión de armas.
El juez finalizó su intervención expresando: «Espero no volver a verlo nunca más. Sin embargo, su colaboración ha contribuido a llevar a prisión a individuos de gran peligrosidad». Ardón respondió a las palabras del juez con un sencillo «Es un honor».
En febrero de 2024, durante el juicio del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, Ardón confesó haber tenido conversaciones con el capo mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán sobre el tráfico de cocaína en 2007 y 2010. También relató su participación en el asesinato de 56 personas en Honduras, dos de los cuales cometió personalmente, además de involucrarse en torturas.
Ardón había sido acusado por la justicia estadounidense en 2019 por conspiración para importar cocaína a Estados Unidos y delitos relacionados con armas de fuego. Se presentó voluntariamente ante las autoridades estadounidenses y jugó un papel crucial como testigo en los juicios contra los hermanos Hernández.