Evo Morales volverá este domingo a las 5 de la madrugada a la Argentina. Retornará de la misma manera en que se fue el viernes por la tarde: de manera sigilosa, sin mostrarse en público ni explicar los motivos de su polémico viaje a Venezuela, y a bordo de una nave sancionada por el Gobierno de Donald Trump.
Durante las menos de 48 horas que permaneció en suelo venezolano, Morales mantuvo en secreto su agenda. Los medios oficialistas del régimen chavista, que publicitan cada uno de los actos de Maduro, esta vez optaron por el silencio absoluto y no informan ni una palabra sobre la visita del boliviano.
Morales, de hecho, utilizó activamente su cuenta de Twitter durante todo el día de hoy pero en ninguno de los 7 mensajes que publicó contó qué lo llevó a concretar un viaje relámpago a tierras chavistas.
El ex mandatario tuvo una reunión privada con el dictador Maduroen el que se analizó la situación regional tras la victoria del delfín del MAS, Luis Arce, el domingo pasado. Y también habría discutido su situación particular. No se descarta que la polémica y silenciosa visita de Morales sea una estrategia para “marcarle la cancha” al flamante mandatario electo de Bolivia, que busca alejarse de los extremos de su jefe político.
Sin embargo, ni desde el entorno de Morales, ni desde el círculo íntimo chavista revelaron la conversación secreta.
Morales fue -y retornará- en un aeronave Embraer Lineage 1000 (matrícula YV3016) pintada con los colores de la aerolínea estatal venezolana Conviasa. El avión chavista se encuentra en una lista negra de Estados Unidos desde que el gobierno de Donald Trump lanzó a principios de 2020 un paquete de sanciones enfocado en la aerolínea estatal para presionar al régimen.PlayEl avión del régimen venezolano aterrizando en Ezeiza, Argentina (Twitter/@AvionesenEzeiza)
Adquirido por Venezuela por orden de Maduro en junio de 2014, el avión forma parte de la flota oficial de Venezuela y es uno de los más utilizados por el dictador en sus vuelos internacionales.
Fabricado por la empresa aeronáutica brasileña Embraer, tiene capacidad para 19 pasajeros y está pintado con los colores de la línea de bandera. El Departamento del Tesoro de EEUU impuso el 7 de febrero sanciones contra Conviasa y publicó una lista con las cuarenta aeronaves que a partir de esa fecha quedaron “bloqueadas”. Entre ellas se encuentra el Lineage 1000 que usa Morales.
La medida norteamericana afectó la operatividad de la flota, que incluyó los tres aviones presidenciales que lucen el esquema de pintura de la aerolínea y matriculas civiles, pero el comunicado oficial explicó que la “acción no impide que los venezolanos puedan viajar, ya que pueden continuar viajando con otros transportistas” que no figuren en el listado.Foto de archivo dle dictador MAduro y su esposa, Cilia Flores, en un avión de Conviasa
“El régimen ilegítimo de Maduro depende de Conviasa para trasladar a funcionarios corruptos del régimen en todo el mundo para impulsar el apoyo a sus esfuerzos antidemocráticos”, argumentó en aquel entonces el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. Y agregó: “La Administración Trump no permitirá que Maduro y sus representantes continúen robando al pueblo venezolano y abusando de los activos estatales para avanzar en sus propias actividades corruptas y desestabilizadoras”.
El secretario de Estado Mike Pompeo también celebró aquel 7 de febrero las sanciones contra la aerolínea y las calificó como un paso más del gobierno norteamericano para detener la “usurpación de Maduro”. “Maduro y sus compinches corruptos utilizan la aerolínea estatal venezolana Conviasa para apoyar su usurpación de la democracia en Venezuela. Hoy, Estados Unidos dio un paso más para poner fin a la explotación por parte de Maduro a los activos estatales que preservan su control corrupto sobre el poder”, indicó entonces Pompeo a través de un tuit.
El breve viaje de Morales fue sorpresivo. Exiliado en Argentina desde diciembre de 2019, luego de los disturbios que tuvieron lugar en Bolivia tras las fraudulentas elecciones presidenciales, que lo llevaron a renunciar y abandonar su país, solo una vez había dejado el país. Fue en febrero de 2020 cuando viajó a Cuba para someterse a un tratamiento médico, del que tampoco dio detalles.