El paso del ciclón tropical Eta dejó un panorama de destrucción y luto en Honduras, donde informes preliminares de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) revelan que el meteoro ocasionó hasta la fecha un total de 26 personas fallecidas, 4 desaparecidas, 150.428 familias afectadas y 1.650 familias evacuadas, situación que se suma a la emergencia sanitaria que el país vive por la pandemia de covid-19.
Heroicos rescates
El presidente de la República, Juan Orlando Hernández, ha instruido que las operaciones de rescate sean permanentes hasta salvar al último hondureño de las zonas inundadas y que se brinde ayuda humanitaria a los afectados, al tiempo que los organismos correspondientes empiezan a trabajar en tareas de reconstrucción de infraestructura pública.
Heroicos rescates marítimos y aéreos son realizados por elementos de la Fuerza Aérea Hondureña, Fuerza Naval de Honduras, Cuerpo de Bomberos, del Comando Bravo de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, con sede en la base militar Palmerola, en Comayagua, así como por helicópteros y lanchas privadas, que en conjunto han rescatado hasta la fecha 26.795 personas a nivel nacional en más de 5 días consecutivos de trabajo.
Los rescates, cuyas imágenes resultan impactantes, se realizan principalmente en medio de viviendas anegadas de agua producto del desbordamiento de los ríos Ulúa y Chamelecón en el Valle de Sula, en ciudades como La Lima, Pimienta, Villanueva y Choloma, entre otros sectores con alta densidad poblacional que no se inundaban con tal magnitud desde el paso del huracán Mitch en 1998.
En total se reportan 175 albergues abiertos en las ciudades afectadas, donde los damnificados reciben atención humanitaria integral y médica por parte del Gobierno.
Se estima que a la fecha hay 2.532 familias (12.660 personas) en albergues donde conviven familias enteras, entre adultos mayores, mujeres embarazadas y niños, quienes perdieron todo y dependen de la asistencia gubernamental y del apoyo del sector privado y de personas altruistas.
Necesidad de Fondos Verdes
El escenario de la emergencia que vive Honduras no es desconocido para la comunidad internacional, ya que es uno de los países más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático.
El Índice de Riesgos Climáticos que elabora cada año la Germanwatch registra que Honduras fue la segunda nación más impactada en la última década por tormentas tropicales e inundaciones, en medio de que sufre una gran pérdida de miles de hectáreas de bosques producto de la tala y los incendios, sumado a que sus principales ríos quedaron azolvados después del paso devastador del huracán Mitch en 1998.
El presidente Hernández ha planteado en reiteradas ocasiones ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que Honduras todavía no recibe recursos de los Fondos Verdes a pesar de ser uno de los países más vulnerables del mundo.
“El cambio climático ha sido una emergencia desde hace varios años y todavía no sabemos dónde están los famosos Fondos Verdes. Tenemos varios años de buscarlos y esperarlos y no los hemos encontrado. ¿Alguien sabe por qué no aparecen?, ¿por qué no llegan a los países que más los necesitamos?”, expresó Hernández en su discurso virtual ante la Asamblea General de la ONU el 23 de septiembre pasado.
El país está expuesto a los fenómenos climatológicos al poseer costas en el océano Pacífico y el mar Caribe, en el Atlántico, donde este año la temporada de tormentas y ciclones tropicales registra un récord de actividad.
Ciudades como La Lima, Choloma, Villanueva y San Pedro Sula, entre otros sectores, se encuentran ubicadas a los márgenes de algunos de los ríos más caudalosos del país, como el Ulúa y el Chamelecón, los que al paso de Eta provocaron los daños más grandes, con familias damnificadas y destrucción de sectores productivos cuyas pérdidas aún no se cuantifican con exactitud.
Recuperar infraestructura
En relación a la infraestructura, el informe preliminar de Copeco, cuya labor de actualización de daños continua a medida que las aguas de los ríos vuelven a su cauce, se proyecta que hay 2.384 viviendas afectadas, 140 dañadas y 49 destruidas.
Las comunicaciones terrestres en varios sectores del país están interrumpidas, se reportan varias comunidades aisladas por la caída de puentes, carreteras obstruidas por deslaves y ríos crecidos.
Mientras tanto, en La Lima, el segundo aeropuerto internacional de Honduras, el Ramón Villeda Morales, resultó totalmente inundado y se realizan trabajos para que vuelva a estar operable en las próximas horas, según las autoridades aeroportuarias.
El reporte preliminar señala que 21 puentes resultaron destruidos y 25 dañados, cajas puentes y vados, dos destruidos y siete dañados.
No obstante, el Gobierno del presidente Hernández instruyó a Invest-H, Insep y Sedecoas a realizar una evaluación de los daños a la infraestructura pública e implementan un plan para iniciar la habilitación de pasos y los procesos de reconstrucción con el apoyo de las empresas privadas de la construcción.
En las operaciones humanitarias participan 50.000 miembros del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager), entre bomberos, miembros de Copeco, Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Cruz Roja, Cruz Verde, organizaciones civiles y voluntarios.
Las operaciones de rescate y traslado de alimentos son realizadas por 8 helicópteros del Estado, 2 privados y 52 lanchas entre públicas y privadas.
Mediante esta logística aún se mantienen las operaciones para atender a 68 comunidades incomunicadas donde residen 65.912 hondureños cuya única esperanza es la ayuda que puede llegar vía acuática y aérea.
Como parte de las respuestas a la emergencia se realizan rescates, evacuaciones, resguardo de viviendas evacuadas, traslado de heridos, asistencia médica, remoción de escombros, restricción de paso en puentes afectados, restablecimiento de la energía eléctrica en algunas comunidades, entrega de asistencia humanitaria como alimentos en comunidades, y activación y resguardo en albergues.
La Fuerza Aérea movilizó a San Pedro Sula 42.000 libras de alimentos y gestionó el traslado de 8.700 libras.
Dos emergencias
Honduras, en un hecho inédito, enfrenta dos emergencias y alertas rojas simultáneas, por el paso del meteoro y por la pandemia de covid-19 que registra 2.745 personas fallecidas y 100.041 casos confirmados hasta el 7 de noviembre del presente año.
Las medidas de aislamiento social y los contagios han impactado no solo en la salud, sino que también los efectos sistémicos han dejado miles de hondureños desempleados por el cierre obligado de empresas, millonarias pérdidas en la economía y, a consecuencia de esto, una dramática caída en los ingresos fiscales.
No obstante, el Gobierno busca eficientar y focalizar sus recursos para atender ambas emergencias.
Pérdidas en agricultura
El titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), Mauricio Guevara, informó que las pérdidas de los cultivos de productos básicos como maíz, frijol, sorgo, arroz, plátano, cacao, camote, yuca, papas, cebolla, hortalizas y productos apícolas ascienden a 21.952,25 manzanas destruidas totalmente, dejando daños millonarios, sumados a los de muchas empresas que se dedican a la crianza de pollos y concentrados de animales y productos alimenticios en la zona norte del país, lo que representa otro impacto fuerte a la economía.
El informe preliminar de la SAG establece que en todo el país alrededor de 487.321 manzanas de cultivos de maíz, frijol, arroz, cultivos orientales, banano, cítricos, caña de azúcar, cacao, rambután, camote, yuca, papas y palma africana resultaron afectadas por las intensas lluvias y desbordamiento de ríos.
En relación a los cítricos hay 50 toneladas de frutas sin cosechar y las plantas están cerradas. Se estima que peligra la cosecha de 200.000 quintales de maíz. La humedad excesiva produce la maduración temprana del café, el principal rubro de exportación e importante generador de divisas, cuya cosecha está en desarrollo. La avicultura también ha sido fuertemente afectada.