El estallido de un ducto de combustible mientras era saqueado por cientos de civiles deja ya 73 muertos en el centro de México, donde más cadáveres fueron hallados este sábado en el sitio del siniestro mientras familiares se sometían a pruebas genéticas para ayudar a identificar cuerpos.
«El conteo es ya de 73 personas fallecidas de las cuales cinco perdieron la vida en el lugar y fueron halladas allí», dijo el gobernador del estado de Hidalgo, Omar Fayad, en conferencia de prensa junto al presidente Andrés Manuel López Obrador en la capital mexicana.
Agregó que hay 74 heridos, 50 de los cuales son atendidos en Hidalgo y 24 fueron trasladados a hospitales de estados aledaños.
El estallido ocurrió la noche del viernes, luego de que traficantes de combustible perforaron un ducto y unas 700 personas, incluidas familias enteras, se lanzaran para llevarse gasolina en contenedores.
Dos horas después se registró una explosión y un gigantesco incendio.
El gobernador de Hidalgo dijo previamente a la televisora local Foro TV que los cinco cuerpos aparecieron luego de que peritos que trabajan en la zona drenaron la zanja abierta para picar el ducto de gasolina. Agregó que no descartan que más cuerpos aparezcan en dicha ubicación.
En Tlahuelilpan, lugar del incidente a unos 120 km de la capital, familiares dijeron a la AFP que ellos insistieron ante los peritos para que siguieran buscando víctimas.
«Les pedimos que buscaran en toda el área del bordo (donde estaba la toma clandestina) porque ahí todavía hay cuerpos», dice Citlali Trejo, de 36 años, quien busca a su hermano.
Entre los lesionados hay siete menores de edad, uno de ellos de 12 años, indicó Fayad.
– Pruebas genéticas –
La gravedad de las quemaduras de 54 fallecidos ha impedido su identificación por lo que realizarán pruebas genéticas entre posibles familiares, dijo el fiscal de Hidalgo, Raúl Arroyo, en la conferencia.
En la cercana localidad de Mixquiahuala, autoridades acondicionaron una oficina para realizar estos exámenes. Afuera del edificio, varios familiares esperan su turno en silencio.
Muchos confían en las pruebas para identificar a sus seres queridos. «En ninguno, en ningún hospital están, ya buscamos», dice Víctor Reyes, de 40 años, quien busca a su esposa y a su cuñada.
El ducto estaba en proceso de llenado, luego de que el 23 de diciembre se suspendió su operación por órdenes de López Obrador, que lanzó una campaña para combatir el llamado «huachicoleo», como se conoce el robo y tráfico de combustible.
Este delito deja pérdidas por unos 3.000 millones de dólares anuales.
Unos 25 militares acudieron a la zona cuando se reportó la perforación pero no consiguieron disuadir a los pobladores de retirarse y optaron por no confrontarlos, explicó esta mañana el secretario de Defensa, Luis Crecencio Sandoval, en una conferencia.
«La actitud del Ejército fue correcta, no es fácil ante una multitud hacer prevalecer el orden», expresó López Obrador.
– Cuerpos carbonizados –
Imágenes captadas justo después del estallido muestran a numerosas personas gritando y corriendo mientras ardían en llamas, otros caminaban sobre la carretera con severas quemaduras en el cuerpo.
El sitio de la explosión amaneció custodiado por militares y con un fuerte olor a combustible en el ambiente, constató la AFP.
Durante la madrugada, varias personas se trasladaron al lugar para intentar identificar entre los cuerpos carbonizados a sus familiares desaparecidos.
Al mediodía, expertos forenses procedieron a retirar los cadáveres a bordo de camionetas y conducirlos a morgues de la zona.
El presidente izquierdista de 65 años dijo que seguirá con su estrategia de combatir el robo de combustibles, un delito que ha repuntado en México de la mano del narcotráfico como parte de la diversificación de sus actividades delictivas.
En tanto, la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kirstjen Nielsen, expresó por Twitter sus condolencias a las víctimas y dijo que su despacho está listo para ayudar al gobierno mexicano.
– Convencer al pueblo –
López Obrador, que asumió el 1 de diciembre, atribuyó el hecho de que familias enteras estén involucradas en el «huachicoleo» al abandono gubernamental y a la imposibilidad de satisfacer necesidades básicas.
«Tenemos la convicción de que el pueblo es bueno, es honesto», dijo López Obrador, quien visitará la próxima semana las zonas donde se ha generalizado este delito para «convencer» a los pobladores.
La AFP recorrió el poblado de unos 20.000 habitantes cercano al lugar de la explosión y observó calles pavimentadas con servicios y comercios. Los pobladores señalan que se dedican a la agricultura y el transporte.
En los últimos años se han registrado varias explosiones en ductos perforados por criminales, pero la mayoría sin víctimas.-AFP