Estados Unidos superó este sábado los 2,5 millones de contagios de coronavirus, en medio de un rebrote de casos en varias zonas del país que habían empezado a flexibilizar sus medidas de confinamiento.
Según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos se mantiene como el país más afectado del mundo por la COVID-19 con 2.501.244 casos positivos -un 25,3 % del total global- y 125.435 fallecidos.
Este sábado, Florida volvió a marcar un récord, con 9.585 nuevos casos en un día de la enfermedad, que desde el 1 de marzo ha afectado a 132.545 personas y causado la muerte de 3.390 en ese estado.
Desde el 1 de marzo ha habido 14.136 hospitalizaciones por la COVID-19 en Florida, que cerró la semana con 33.000 contagios nuevos.
Mientras que Arizona superó este sábado los 70.000 positivos, al sumar 3.591 personas contagiadas de coronavirus.
Ese estado contabilizó además 44 muertes a causa de la pandemia, lo cual eleva el total de fallecidos a 1.579, según datos del Departamento de Salud estatal.
Otro de los estados golpeados por la pandemia es Texas, donde el gobernador, Greg Abbott, ordenó el cierre de los bares y reducir al 50% de su capacidad la ocupación de los restaurantes.
Este viernes la cifra de personas hospitalizadas a causa del virus superó los 5.000 casos en ese estado.
Ante el repunte de la enfermedad, Esmeralda Moya, alcaldesa de la ciudad de Galena Park -que hace parte del llamado Gran Houston, la quinta área metropolitana más poblada de Estados Unidos- ordenó un toque de queda «hasta nuevo aviso», que entrará en vigor este sábado a las 22.00 hora local hasta las 05.00 horas del domingo.
Las autoridades locales han intensificado las llamadas a que la población use algún tipo de mascarilla en los lugares públicos, recomendación que no ha sido acatada por el presidente, Donald Trump, ni su vicepresidente, Mike Pence.