Nueva York, que fue durante semanas el epicentro de la pandemia del coronavirus en Estados Unidos, empieza a recuperar la normalidad en sus calles, con la reapertura de terrazas y comercios, a medida que se acerca la fase tres de la escalada prevista por las autoridades para el 6 de julio. Una reapertura que se está viviendo de forma muy diferente en otros puntos del país, donde esta semana se registró un alarmante número de contagios.
Lejos de frenar la curva, el país ha alcanzado esta semana un nuevo récord de casi 40.000 personas que dieron positivo en las pruebas del coronavirus en las últimas 24 horas, con especial preocupación en grandes estados como California, Texas o Florida, según datos recogidos en la página web ‘Covid Tracking Project’ que hace un seguimiento diario de las estadísticas sobre la propagación del virus.
En el caso de Florida, con 5.000 positivos en un solo día este jueves, todavía sigue sin ser obligatorio el uso de mascarillas en espacios públicos, pero ante el aumento de casos que se viene registrando en las últimas semanas, ciudades como Miami han aprobado ya una ordenanza municipal para forzar a la población a llevarlas y que contempla multas de entre 50 y 500 dólares a quienes incumplan la normativa.
La propagación del virus en ese estado se ha disparado entre la población joven, un sector menos propenso a sufrir complicaciones graves de la enfermedad pero que pueden poner en jaque la red de hospitales. «Tienen menos probabilidades de contraer la Covid-10 o de morir, pero estas generaciones tienen padres y abuelos», advirtió el doctor Ashish Jha, director del Harvard Global Health Institute.
En el estado de Texas, el gobernador Greg Abbott se ha visto obligado a frenar la reapertura tras dispararse los contagios. A partir de este viernes vuelven a cerrarse todos los bares y desde el lunes los restaurantes solo podrán abrir a un 50 por ciento de su capacidad. «Estas acciones son esenciales para contener el virus», admitió el líder republicano, que hasta ahora había sido uno de los más firmes defensores de la reactivación económica.