Escándalos empañan elección de sucesor del papa Benedicto XVI

Tomado de La Razón (Edición Impresa)

Los dos grandes escándalos que la Iglesia sigue intentando cerrar en falso, la protección de los sacerdotes acusados de pederastia y la corrupción moral y económica en el Vaticano, vuelven a aflorar a pocos días de la despedida del papa Benedicto XVI y la elección del nuevo pontífice.

A las dudas sobre si los cardenales investigados por encubrir a pederastas deben participar en el cónclave se unen ahora las revelaciones, cada vez más explícitas, sobre el contenido del informe secreto encargado por        Joseph Ratzinger a tres cardenales.

El documento, que fue conociendo el Papa a lo largo de 2012, supone  —según el diario La Repubblica— la confirmación de que destacados miembros de la jerarquía vaticana están implicados en luchas intestinas por el poder, el dinero e incluso el sexo.

“Todo gira en torno al sexto y al séptimo mandamiento”. La frase, que el periódico italiano pone en boca de una fuente conocedora del informe, viene a resumir que la comisión de actos impuros y el robo son los pecados, cuando no los delitos, que minan los cimientos del Vaticano.

El diario abunda en el conocimiento por parte de Benedicto XVI del contenido del informe que determinó en gran medida su renuncia.

Según La Repubblica, la comisión cardenalicia entrevistó a decenas de obispos, cardenales y laicos que dibujaron la situación actual del Vaticano. Esto es, una confluencia de grupos de poder articulados en función de las distintas congregaciones religiosas o de su lugar de procedencia, pero también de sus apetencias sexuales.

De acuerdo con la investigación, altos jerarcas de la Iglesia podrían estar siendo víctimas de “influencias externas” —una forma suave de decir chantaje— por culpa de “sus vínculos de naturaleza mundana”, o sea, por su relación con los bajos fondos.

Polémica. A los escándalos por el poder, el sexo o el dinero se une el más triste de todos: el que supone la negación de la justicia y el consuelo a las víctimas de la pederastia. La polémica sobre si los cardenales sospechosos de haber ocultado los actos de pederastia deberían abstenerse de participar en el cónclave no hace más que crecer.

El asunto, que fue puesto sobre la mesa por la revista Famiglia Cristiana y la organización Catholics United, solo tenía como objetivo en un primer momento al cardenal Roger Mahony, acusado de encubrir durante sus 26 años al frente de la diócesis de Los Ángeles a 129 sacerdotes acusados de abusos a menores. Pero enseguida el foco se posó también en cardenales de Irlanda, Bélgica, Australia, EEUU, México, Polonia y Argentina.

El informe que el papa Benedicto XVI tendría guardado en la caja fuerte del apartamento pontificio será entregado a su próximo sucesor.

Bertone presidirá la iglesia

Reemplazo

El italiano Tarcisio Bertone, de 78 años, el cardenal “camarlengo”desde 2007, reemplazará interinamente al Papa a partir del jueves —cuando la renuncia de Benedicto XVI se hará efectiva— hasta la elección del nuevo pontífice.

Gobierno

Bertone, sin embargo, no será el responsable del gobierno espiritual de la Iglesia ni tomará decisiones ni nombramientos, limitándose a administrar los bienes, informó la agencia AFP.

Papa y expapa cohabitarán por primera vez en el Vaticano

EFE

La renuncia de Benedicto XVI al papado creó una situación inédita en la Iglesia Católica, que contará con un Papa —el que surja del cónclave de marzo— y un expapa, Joseph Ratzinger, que seguirá siendo llamado Su Santidad con el título de obispo emérito de Roma.

Benedicto XVI tiene previsto abandonar el Vaticano tres horas antes (a las 15.00) de que concluya su papado (el jueves) y se trasladará junto con sus dos secretarios y las cuatro seglares consagradas que le ayudan a la residencia de Castel Gandolfo, a 30 kilómetros al sur de Roma.

Esta residencia papal también tendría que ser sellada, al ser morada del Pontífice, pero, según dijo el portavoz Federico Lombardi, no se hará, ya que no guarda documentos papales de importancia.

Benedicto XVI permanecerá en Castel Gandolfo hasta que estén acabadas las obras de acondicionamiento del monasterio de clausura “Mater Ecclesia”, levantado en los jardines vaticanos, donde tiene previsto alojarse definitivamente. Ratzinger vivirá a poco más de un centenar de metros del Palacio Pontificio, en cuya tercera planta está el apartamento papal, que alojará a su sucesor.

Vivirán muy cerca, pero no habrá interferencias. Benedicto XVI ya dijo que se “ocultará del mundo” y se dedicará a rezar y escribir.

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