Un contingente de policías antimotines desalojó a un grupo de enfermeras que se manifestaban este mediodía en las gradas del Centro Cívico Gubernamental (CCG), donde habían llegado para protestar por sus condiciones laborales. Las manifestantes, que forman parte de la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros de Honduras (ANEEAH), denunciaron el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades, lo que agravó aún más la tensión en el marco de su protesta.
La manifestación, que comenzó de manera pacífica en las instalaciones del CCG, se trasladó rápidamente a las calles aledañas después del desalojo. Las enfermeras bloquearon los accesos al edificio que alberga varias dependencias gubernamentales, incluido el Despacho Presidencial, como medida para presionar al gobierno a dar respuesta a sus demandas. Esta es la segunda jornada consecutiva de paro nacional que llevan a cabo las enfermeras auxiliares, quienes ya habían iniciado asambleas en centros de salud y hospitales de todo el país.
Josué Orellana, presidente de la ANEEAH, expresó su rotundo rechazo a la postura de la Secretaría de Salud (SESAL), afirmando que se ha recibido una orden desde «el más alto nivel» para reprimir las manifestaciones del personal de enfermería. «Es lamentable que en lugar de buscar soluciones, se recurra a la represión», declaró Orellana, quien advirtió que las enfermeras podrían tomar medidas más drásticas si las agresiones continúan.
El líder gremial también dirigió un llamado directo a la presidenta Xiomara Castro, manifestando su indignación por la falta de atención a las condiciones laborales del personal de enfermería, mientras que, según él, se destinan recursos para otros proyectos, como el pago a médicos cubanos. «Somos las enfermeras las que damos la cara en los hospitales, somos el personal más cercano a los pacientes. Hay una profunda indignación porque no se nos ha tomado en cuenta», señaló Orellana.
Las enfermeras han estado realizando asambleas a nivel nacional en diversos centros de salud y hospitales, donde las condiciones laborales continúan siendo precarias. Sin embargo, su protesta más visible ha sido la concentración en el Centro Cívico Gubernamental, donde esperan generar presión directa sobre las autoridades más altas del gobierno.
La situación es crítica: el personal de enfermería, que desempeña un rol esencial en la atención de pacientes, ha advertido sobre la posibilidad de que su retiro de áreas clave podría afectar gravemente la atención en hospitales y centros de salud en todo el país. A pesar de las continuas movilizaciones y el creciente descontento, hasta el momento las autoridades no han emitido una respuesta formal a las demandas de los trabajadores de la salud.
Mientras tanto, la tensión sigue creciendo, y las enfermeras insisten en que no cesarán en su lucha hasta obtener una respuesta concreta a sus solicitudes de mejora salarial, mejores condiciones laborales y el reconocimiento de su labor dentro del sistema de salud público. La situación parece lejos de resolverse, y las autoridades deben tomar medidas urgentes para evitar que el conflicto se agudice aún más.