«¡Viva la escuela!», proclamó el lunes en Twitter el ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, un día después de que el presidente Emmanuel Macron anunciara una vuelta a las escuelas obligatoria a partir del lunes 22 de junio para todos los alumnos de guarderías, colegios y centros de enseñanza secundaria en Francia.
Todos los alumnos y profesores deberán volver «de manera obligatoria y en condiciones normales» a clase el próximo lunes, precisó Macron el domingo en un discurso a la nación. Para los estudiantes de instituto seguirá siendo con carácter voluntario hasta final de este curso escolar.
El ministro de Educación adelantó que el estricto protocolo sanitario que regía desde el pasado 11 de mayo en las escuelas francesas para reducir la propagación del Covid-19 se va a aligerar a partir de la próxima semana con el fin de poder acoger a todos los alumnos en las aulas, dado que la situación sanitaria ha mejorado considerablemente en Francia con respecto al inicio del confinamiento.
«El aligeramiento fundamental es el del distanciamiento físico», anunció Blanquer en una entrevista con la emisora Europe 1. En vez de mantener una distancia de 4 metros cuadrados por alumno, la distancia física será a partir del lunes «de un metro lateral (de separación) entre los alumnos». También se suprimirá la regla de 15 alumnos como máximo por clase en primaria.
El curso escolar termina oficialmente en Francia el 4 de julio, por lo que los alumnos franceses tendrán dos semanas más de clase antes de las vacaciones de verano. Frente a aquellos que se preguntan para qué hacer volver a los alumnos sólo dos semanas, el ministro considera que es importante que todos los alumnos regresen a las aulas, aunque sea unos días.
«Dos semanas cuentan, dos semanas no son poca cosa, ya sea desde el punto de vista pedagógico o psicológico. Dos semanas son importantes en la vida de un alumno», opinó el ministro, quien advirtió que el no ir a clase de marzo a septiembre, como ocurrirá en varios países, «puede provocar daños sociales y educativos» en los estudiantes.
El ministerio no ha detallado todavía como serán las reglas en los recreos, en las actividades extraescolares y en los comedores a partir del lunes. El protocolo sanitario vigente hasta ahora había obligado a cerrar los comedores en algunos centros, ante la dificultad de mantener la distancia física entre los comensales.
Tampoco ha precisado la cuestión de las mascarillas. En la escuela pública se prohibía hasta ahora llevarla a los alumnos de parvulario y no se recomendaba a los de la escuela primaria, pero era obligatoria en secundaria. Algunas escuelas privadas obligaban estos días a todos sus alumnos a llevarlas.
Los centros educativos tenían hasta ahora libertad para organizar el regreso a las clases. Algunos de primaria, por ejemplo, han divido las clases en tres grupos: dos que se alternan para ir al colegio dos días a la semana cada uno y un tercero que continúa con las clases a distancia. En secundaria, algunos centros han preferido que sus alumnos vayan a clase cuatro días a la semana, alternado el horario de mañana o tarde, y un día de clases ‘online’.
Francia ordenó el 16 de marzo el cierre de todas las escuelas por la pandemia de coronavirus. Durante los dos meses de confinamiento, los centros escolares acogieron a los hijos de sanitarios, policías y otro personal indispensable durante la crisis sanitaria.
A partir del 11 de mayo se inició una vuelta al cole escalonada y de carácter voluntario, coincidiendo con el inicio del desconfinamiento de la población en Francia. Los padres podían elegir si enviaban o no a sus hijos al colegio. Los niños que se han quedaban en casa debían seguir obligatoriamente con la educación a distancia.