La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de anunciar que la infección por el virus Zika es ya una emergencia internacional de salud pública. Con esta medida, el organismo de Naciones Unidas pretende contener la expansión de un virus que se han vinculado con miles de casos de microcefalia. Brasil ya ha decidido que va a aumentar la cobertura de aborto para las miles de mujeres afectadas por esta infección.
La OMS señala que ha sido una decisión muy difícil de tomar, el Zika por sí solo no lo consideran un problema internacional de envergadura. Sin embargo, los casos de microcefalia sí que preocupan a estos expertos. Aunque el organismo reconoce que todavía no hay una evidencia científica que demuestre la relación entre la infección y los casos de microcefalia de los hijos de madres afectadas, señala que no pueden esperar a tener una prueba para iniciar medidas de salud pública.
Es necesaria una respuesta internacional coordinada para mejorar la vigilancia, la detección de infecciones y las malformaciones congénitas. Sin embargo, señalan no encontrar motivos suficientes para restringir los viajes, aunque recomiendan a las mujeres que, si pueden retrasar su viaje, lo hagan y aquellas que no puedan evitarlo deberían tomar medidas para evitar las picaduras de mosquitos, como utilizar repelentes o prendas de manga larga. La directora de la OMS, Margaret Chan, reconoce que se ha considerado el patrón reciente de la propagación, la amplia distribución geográfica de las especies de mosquitos que pueden transmitir este virus.
El doctor David Heymann ha insistido en que la infección no es un problema grave de salud pero lo que les preocupa son los miles de casos de microcefalia detectados en las zonas donde está presente el virus.
La videoconferencia, coordinada desde Ginebra, ha convocado a 12 expertos en Epidemiología, Salud Pública y Enfermedades Infecciosas procedentes de todo el mundo. Además de la directora del organismo, Margaret Chan, ha comparecido ante la prensa David Heymann, presidente del comité de emergencia.
La última vez que la OMS declaró el estado de emergencia internacional por una cuestión de salud pública fue en agosto de 2014, con motivo del brote de ébola que azotaba a tres países de África Occidental. Se trata de una medida que trata de reforzar las medidas de vigilancia y coordinación internacional, así que como una mejor movilización de recursos económicos para tratar de frenar la rápida propagación de la enfermedad.
Precisamente, algunas voces acusaron entonces al organismo de tomar esta decisión demasiado tarde, cuando el virus ya había causado miles de víctimas. Tal vez por eso, algunas voces exigían en esta ocasión una respuesta más contundente y rápida. Ha sido el caso, por ejemplo, del director de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical y un co-descubridor del virus del ébola, Peter Piot, que manifestaba esta semana su esperanza en una «respuesta rápida en esta ocasión.
Tengo toda la confianza de que van a declarar esto como una emergencia de salud pública», auguraba en declaraciones a la BBC.
La OMS define en su web un evento de emergencia internacional como aquel que puede propagarse internacionalmente con facilidad y que exige una respuesta coordinada porque tiene consecuencias de salud pública para más de un país. Aunque un comité independiente puede asesorar al organismo, la decisión depende en último término de la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Desde que el primer caso de Zika se detectó en Brasil en mayo de 2015, esta infección transmitida por el mosquito Aedes aegyptise ha propagado ya a 25 países de Latinoamérica y el Caribe, dejando a su paso un terrible rastro de malformaciones en bebés. La mayoría de infectados desarrolla una sintomatología muy leve, que puede pasar incluso desapercibida, pero en el caso de mujeres embarazadas -por algún motivo que aún se desconoce- Zika tiene terribles consecuencias teratogénicas.
Sólo en Brasil se investigan ya 4.180 casos sospechosos de microcefalia en bebés(nacidos con un perímetro craneal inferior a la normal y otras complicaciones visuales), cuyas madres habrían sido infectadas por Zika durante el embarazo. En Colombia, las estimaciones de las autoridades se han duplicado en pocos días, que hablan ya de unas 2.000 mujeres embarazadas infectadas.
Precisamente las gestantes son las víctimas que más preocupan de esta infección, por lo que varios países latinoamericanos han recomendado incluso a la población que posponga los embarazos en la medida de lo posible. Estados Unidos incluso, ha recomendado a las mujeres que estén esperando un bebé que eviten desplazarse a Brasil y otros 19 países latinoamericanos por el temor a posibles malformaciones congénitas. La cuestión de los viajes no es menor, si se tiene en cuenta que Brasil es la sede este verano de los Juegos Olímpicos.
En Europa, el riesgo a un brote como el que está viviendo Latinoamérica es de momento lejano, según han tranquilizado todos los expertos. No se descarta, eso sí, que se registren casos procedentes de viajeros que hayan pisado tierras brasileñas o de los otros países afectados. Según los cálculos del Ministerio de Sanidad, extrapolados de otra infección similar como es el Chikungunya, en España se podrían registrar en 2016 unos 200-250 casos importados de Zika, una miseria en comparación con los cuatro millones a nivel global que estima la OMS.
Por ahora, y ante la ausencia de una vacuna preventiva -cuyos primeros ensayos no empezarían en cualquier caso hasta finales de 2016- o de tratamientos eficaces, la batalla se centra en combatir puerta por puerta al mosquito que ejerce como transmisor, el Aedes aegypti.