EL SIRINEO DEL SIGLO XXI

Por : ESDRAS AMADO LÓPEZ

Como bien lo afirma el intelectual hondureño Juan Ramón Martínez en su columna de opinión publicada en Diario Tiempo el día  22 de febrero, “todos cargamos  una cruz sobre nuestros hombros”.

Si bien es cierto, la afirmación del analista no es nada nueva, esa cruz de la que habla para muchos es pesada y para otros  ligera.

La cruz es pesada para los pobres que no tienen nada que comer y  ligera para quienes durante toda su vida se han hartado hasta saciarse ellos y sus familias, gracias al servilismo que han mostrado ante los gobiernos de turno, ya sea sirviendo como “paracaidistas” en un cargo publico o como eternos asesores o consultores al servicio de políticos y empresarios sin escrúpulos.

Como ejemplo de esa cruz pesada, Martínez señala a “la salud precaria de los hijos, los muchos que no quieren estudiar, la falta de control sobre nuestras emociones de forma que podamos mantener la unidad matrimonial, y el freno de nuestra violencia incontrolable en dirección a los cónyuges o hacia a los amigos”.

Coincido plenamente con el columnista Martínez, eso de la salud precaria de los hijos es una cruz bastante pesada pero para los padres que no tienen influencias, dinero y un medio para chantajear. La cruz es ligera en relación a los hijos, cuando papa tiene prestigio, dinero e influencias al extremo de poder sacar del país a un familiar cuando este haya cometido un crimen.

No hay duda que Juan Ramón tiene razón. Ya me imagino cuan pesada ha de ser la cruz de aquella familia de la ruta a Valle  Ángeles que hace anos  llora la muerte de un ser querido quien pereció bajo las llantas de un vehiculo cuyo conductor o conductora guiaba el automotriz en estado de ebriedad o bajo los efectos de estupefacientes.

Pero vean que ironía, la cruz del o de la asesina es ligera gracias a que papi con sus influencias logro que ese crimen quedara en la impunidad. Me cuentan los lugareños que el papa del o de la criminal, la saco del país, dicen que la mando a España.

Juan Ramón tiene razón, cuando habla de la cruz de los muchachos que no quieren estudiar para dedicarse a otras cosas, el conoce bien el tema, porque me cuentan mis paisanos del sur, que Martínez fue el primer director de un colegio ubicado en Langue.

Dicen por allá, que Juan Ramón identifico a varios alumnos que lo que menos tenían era la vocación para entrarle al estudio del conocimiento básico. Y como gran mentor, Juan Ramón les dio “una formación ideológica  especial”  los muchachos salieron buenos pero me cuentan que el maestro se les dio vuelta dejando a su pupilos cargar una pesada cruz que los llevo a la cárcel y a la muerte mientras que el maestro dejo atrás la ideología ensenada,  para abrazar otra.

El reconocido escritor,  también tiene razón al hablar  sobre la pesada cruz que tienen que llevar a sus espaldas, aquellos matrimonios que no pueden mantener la unidad. Pero  es que en medio de la pobreza y en los actuales momentos esa unidad es difícil mantenerla cuando la mayoría de hogares ni siquiera tienen lo mínimo para encender el fogón.

Son muchas las razones, por ejemplo me cuentan, que un matrimonio ejemplo de unidad familiar,  tuvo serios problemas al extremo de desintegrarse porque pusieron todo lo que tenían en un banco creado por un potentado junto a su mujer. Ese banco,  lo llevaron a la quiebra.

La quiebra de ese banco, desintegro  el matrimonio del que les hablamos, la señora  entro en un estado de depresión que perdió la vida. Así se desintegran hogares, creando empresas y luego quebrándolas sin que pase nada,  porque al menos uno de sus fundadores es influyente, tiene buenos amigos, poder y prestigio “atributos” suficientes para que un delito como el de la quiebra quede impune.

Pero esto de las pesadas cruces no debería ser motivo para que el afamado escritor nacional convoque a hordas  para que salgan en defensa a un personaje  que paso de ser líder religioso a líder político protagonista del Golpe de Estado Militar.

Juan Ramón visualiza que “de repente la pasividad católica terminara y saldrán a la calle para hacerse un nudo con su líder”

Martínez se refiere a una supuesta cruz que carga el Cardenal hondureño a la que califica de “más pesada” en comparación a la de los otros.

Coincido con el columnista, el religioso al que se refiere sin duda que  carga con una cruz pesada, las más recientes revelaciones del Padre Roberto Paiz no son para menos.

Paiz revelo detalles que se dan dentro de la Curia Católica que van desde intrigas, infidencias, chismes, homosexualismo hasta paternidad sacerdotal irresponsable.

No hay duda que esa cruz si que es pesada Juan Ramón,  y si a eso le sumamos la carga que algunos files ponen sobre las espaldas de su líder, como el confesarle que un hijo o una hija mato a un prójimo en estado de ebriedad o bajo los efectos de las drogas, entonces si es comprensible que algunos files le ayuden al Cardenal a llevar esa pesada cruz y no es para menos yo haría lo mismo si el cardenal expiara de culpas a un familiar mío que le halla quitado la vida a otro ser humano.

En el fondo veo que  Juan Ramón Martínez sale en defensa del Cardenal, victima de una supuesta campana de medios de comunicación “financiados por el Gobierno Central y la Municipalidad de Tegucigalpa”.

Martínez asegura  que la campana “es sistemática arrogante, ofensiva, violenta y vulgar  en contra de un líder de la iglesia católica”

Juan Ramón Martínez alerta  tanto al Presidente Lobo  como al Alcalde Álvarez  para que tomen en cuenta que la mayoría de electores son católicos y que por lo tanto no deberían financiar a algunos medios que fomentan “los ataques al Cardenal y los católicos”.

Un viejo amigo y periodista que conoce a Juan Ramón, me dijo hoy, mientras tomábamos un café “con ese comentario ahora si Pepe y Ricardo van a correr a llamar a Juan Ramón para pedirle accesoria de cómo enfrentar ese gran problema”.

En el fondo me gusto el comentario de Juan Ramón Martínez, el “sirineo” del Cardenal y en el fondo espero que así como propone le ayuden al líder religioso a cargar su cruz, también inicie una cruzada de fe para que los campesinos puedan optar a una Reforma Agraria que fue incapaz de implementar, que cese la impunidad de crímenes sin resolver, y que pare la extorsión a empresarios con la venta de bonos al estilo Lacoste  y así se pare el armagedon ve visualiza Martínez cuando asegura que “ estamos en los inicios de una tensión religiosa que no hemos tenido en el pasado”

En lo particular no creo que sea para tanto, en Honduras estamos lejos de un levantamiento religioso tipo Irlanda, por la pesada cruz que lleva el cardenal, seguro que como Juan Ramón habrán muchos sirineos dispuestos a llevar esa cruz aunque se ensucien sus camisas Chemise Lacoste aunque no sean originales como las que venden por ahí.

 

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