El Gobierno Australiano se declara que fue «Cyberatacado» por otro Pais

A China no le sentó nada bien que Australia llevara la voz cantante entre los países que pedían una investigación sobre el origen del coronavirus. En el gigante veían motivaciones políticas del que consideran uno de los aliados más fuertes de Washington. Las relaciones bilaterales empeoraron cuando el embajador chino en Canberra, Cheng Jingye, sugirió como respuesta un boicot a los productos australianos. El gigante asiático cumplió su amenaza en mayo y suspendió las importaciones de carne.

Ahora, el primer ministro, Scott Morrison, ha dicho que su país ha registrado una serie de ciberataques durante los últimos meses contra organizaciones públicas. Ataques generalizados que abarcaron todos los niveles del Gobierno, así como servicios y negocios esenciales.

Morrison apuntó que los expertos del Gobierno identificaron que se trata de «un actor cibernético estatal por la escala y la naturaleza del objetivo y el oficio utilizado». Y alentó especialmente a las organizaciones de salud, infraestructura crítica y servicios esenciales a mejorar sus defensas en línea. Sin embargo, el mandatario no especificó qué actor extranjero estaría detrás de estos ciberataques, aunque algunos funcionarios australianos han declarado a medios de su país que están convencidos de que China es la responsable.

Hasta ahora, el Gobierno australiano sólo ha señalado a un «actor basado en el estado». No todas las naciones pueden llevar a cabo un ataque en línea sostenido a gran escala. Tom Uren, analista senior del Centro de Política Cibernética del Instituto de Política Estratégica de Australia, explica en la cadena pública que sólo países como como China, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia tienen esa capacidad. «Es una lista muy pequeña, y si piensas en quién querría hacerlo, hay una lista de uno», apunta Uren. «Ha aumentado la actividad de espionaje que busca extraer material relacionado con el Covid-19», sentencia el analista.

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático han rechazado las sugerencias de un ataque de piratería a gran escala contra los departamentos del Gobierno australiano y han culpado a un grupo de expertos por hacer afirmaciones «infundadas». Un portavoz de Exteriores, Zhao Lijian, dijo que creía que los reclamos de piratería se originaron en el Instituto de Política Estratégica de Australia (ASPI), que según él fue financiado por compañías de armas estadounidenses y estaba haciendo reclamos ficticios sobre China.

«Hemos señalado muchas veces que este instituto ha estado recibiendo fondos de compañías de armas estadounidenses durante mucho tiempo», dijo Zhao, que también añadió que China era un «defensor acérrimo de la seguridad cibernética» y «la mayor víctima de los ataques cibernéticos».

Según cuenta la cadena ABC, a principios de esta semana el ministerio chino criticó fuertemente a ASPI por un informe sobre las actividades del Frente de Trabajo Unido del Partido Comunista, que es una coalición de organizaciones destinadas a promover la legitimidad interna del Partido Comunista, además de neutralizar a los opositores y aumentar su influencia en el extranjero.

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