El presidente Donald Trump retirará a los 2.000 efectivos que tiene emplazados en Siria, anunciaron funcionarios el miércoles después que el mandatario súbitamente clamó victoria sobre el grupo Estado Islámico, contradiciendo las evaluaciones de sus propios expertos y generando sorpresa e indignación entre los legisladores de su partido, quienes describieron la medida como precipitada y peligrosa.
Estados Unidos comenzó a lanzar ataques aéreos en Siria en 2014 y al año siguiente ingresaron tropas terrestres para combatir al Estado Islámico (ISIS por sus iniciales en inglés) y entrenar a los rebeldes sirios en un país destruido por la guerra civil. A través de Twitter, Trump declaró abruptamente que la misión había sido completada.
“Hemos vencido a ISIS en Siria, mi único motivo para estar ahí durante la presidencia de Trump”, dijo, mientras el vicepresidente Mike Pence se reunía con altos mandos en el Pentágono. Funcionarios federales dijeron que aún no se han finalizado muchos de los detalles sobre el retiro de las tropas, pero prevén que salgan del país hacia mediados de enero.
Un alto funcionario del gobierno federal, que habló con los reporteros bajo condición de anonimato, dijo que Trump tomó la decisión basándose en su creencia de que Estados Unidos no tiene otro papel en Siria más que combatir al Estado Islámico, cuyos militantes controlan alrededor del 1% del territorio que solían tener durante su apogeo.
El mandatario le informó su decisión al presidente turco Recep Tayyip Erdogan en una conversación telefónica, dijo el funcionario. Turquía advirtió recientemente que lanzaría operaciones de combate en el noreste de Siria en contra de fuerzas kurdas que han sido aliadas de Estados Unidos en su lucha en contra del grupo Estado Islámico.
La declaración de victoria de Trump no fue unánime en lo absoluto, y algunos funcionarios señalaron que líderes militares y de defensa de Estados Unidos intentaron disuadirlo hasta el último minuto.
Los legisladores — incluyendo a republicanos de alto rango — exigieron de inmediato un reporte formal al respecto. El senador Lindsay Graham, quien recientemente volvió de Afganistán, dijo que se reunirá en las próximas horas con el secretario de Defensa, Jim Mattis.
Graham, quien a menudo respalda las decisiones de Trump, dijo que quedó “sorprendido” con el reporte y describió la decisión como “un desastre en ciernes”. Añadió: “Los principales ganadores de esto son ISIS e Irán”.
La decisión cumplirá con el objetivo de Trump de retirar a las tropas de Siria, pero los líderes militares se han opuesto durante meses, argumentando que ISIS sigue siendo una amenaza y podría reagruparse en medio de la prolongada guerra civil de Siria. La política estadounidense ha sido la de mantener tropas en el lugar hasta que se erradique a todos los extremistas.
Un alto funcionario del gobierno dijo que las fuerzas estadounidenses aún colaborarán con los aliados en el combate al Estado Islámico o cualquier otro grupo extremista en el país, pero no dio detalles de lo que eso podría representar.
Otro funcionario dijo que los líderes castrenses aún no tienen claro si Estados Unidos continuará con sus ataques aéreos contra objetivos del grupo Estado Islámico en Siria una vez que las tropas salga del país. Oficiales del ejército estadounidense están preocupados de que Turquía y el gobierno sirio arremetan contra las tropas kurdas, dejándolos sin aliados en tierra para ayudarlos a dirigir los ataques.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien sigue preocupado sobre las labores de Irán en la zona, reaccionó de forma evasiva después de conversar por teléfono con Trump.
“Esta, desde luego, es una decisión de Estados Unidos”, declaró. Sin importar qué suceda, continuó, “velaremos por la seguridad de Israel y nos protegeremos en este ámbito”.-AP