Una juez impuso el sábado una fianza de 1 millón de dólares para los padres del adolescente de Michigan acusado de matar a cuatro estudiantes en su escuela, horas después de que la policía los detuvo tras hallarlos escondidos en un edificio comercial.
James y Jennifer Crumbley se declararon inocentes de los cuatro cargos de homicidio involuntario en su contra durante una audiencia realizada por Zoom.
La jueza Julie Nicholson asignó una fianza de 500.000 para cada uno y ordenó otros requisitos como el monitoreo por GPS, tras estar de acuerdo con los fiscales de que representaban un riesgo de fuga.
Los padres fueron encontrados escondidos en un edificio de Detroit la madrugada del sábado, varias horas después de que un fiscal presentó cargos de homicidio involuntario contra ellos, dijeron las autoridades.
Los Crumbley fueron capturados en un edificio comercial que albergaba obras de arte, dijo el jefe de policía de Detroit, James E. White, en una conferencia de prensa.
Shannon Smith, abogada de los Crumbleys, indicó el viernes que la pareja se había ido de la ciudad a principios de semana “por seguridad” y que regresarían a Oxford para enfrentar cargos. Pero White rechazó que esa fuera su intención.
“Esto no es indicativo de entregarse, esconderse en un almacén”, dijo el oficial.
White dijo que la pareja “recibió ayuda para entrar al edificio” y que una persona que los ayudó también podría enfrentar cargos. Añadió que los padres parecían “angustiados” cuando fueron capturados.
Una fiscal presentó cargos de homicidio involuntario contra los padres de Ethan Crumbley y alegó que no intervinieron el día de la tragedia a pesar de haber sido confrontados con un dibujo y un mensaje escalofriante —“Sangre por todas partes”— que se encontró en el escritorio del de su hijo.
Los Crumbley cometieron actos “atroces”, desde comprar un arma el Viernes Negro y ponerla a disposición de su hijo hasta resistirse a sacarlo de la escuela cuando fueron convocados horas antes del tiroteo, dijo la fiscal del condado de Oakland, Karen McDonald.
“Espero que los padres y todos tengan humanidad y que intervengan y detengan una posible tragedia”, agregó. “La conclusión que saco es que había una razón absoluta para creer que este individuo era peligroso y estaba perturbado”.
Las autoridades buscaban a la pareja desde el viernes y anunciaron una recompensa de hasta 10.000 dólares por información que condujese a su detención.
En la balacera del martes, cuatro estudiantes fueron asesinados y otros resultaron heridos en la Escuela Secundaria Oxford, a unos 50 kilómetros (30 millas) al norte de Detroit.
Ethan Crumbley, de 15 años, salió de un baño del colegio con una pistola con la cual disparó a los estudiantes en el pasillo, dijeron los investigadores. Está acusado, como adulto, de asesinato, terrorismo y otros delitos.
Según la ley de Michigan, el cargo de homicidio involuntario puede presentarse contra los padres si las autoridades creen que alguien contribuyó a una situación en la que existía una alta probabilidad de daño o muerte.
En Estados Unidos, los padres de familia rara vez son imputados en tiroteos escolares que involucran a sus hijos, incluso cuando la mayoría de los menores han obtenido armas en la casa de un padre o algún otro pariente, según los expertos.
Las autoridades escolares se preocuparon por el joven Crumbley el lunes, un día antes del tiroteo, cuando un maestro lo vio usando su celular para buscar municiones, señaló la fiscal McDonald.
La escuela contactó a Jennifer Crumbley, quien posteriormente le escribió a su hijo un mensaje de texto que decía: “No estoy enojada contigo. Tienes que aprender a que no te atrapen”, según la fiscal.
El martes, una maestra encontró una nota en el escritorio de Ethan y le tomó una foto. Era el dibujo de una pistola apuntando a las palabras: “Los pensamientos no se detienen. Ayúdenme”, dijo McDonald.
También había un dibujo de una bala, añadió, con la frase “Sangre por todas partes” en la parte superior.
Entre la pistola y la bala había una persona que parecía haber recibido dos disparos y estaba sangrando. También escribió las frases “Mi vida es inútil” y “El mundo está muerto”, según la fiscal.
McDonald recalcó que la escuela organizó rápidamente una reunión con Ethan y sus padres, a quienes se les dijo que lo llevaran a terapia en el plazo de 48 horas.
La fiscal señaló que los Crumbley no le hicieron preguntas al joven sobre el arma ni revisaron su mochila, y “se resistieron a la idea de que su hijo se fuera de la escuela en ese momento”. El adolescente regresó a clase y más tarde perpetró el tiroteo.
“La noción de que un padre pueda leer esas palabras y además saber que su hijo tuvo acceso a un arma mortal que le dieron es inconcebible, es criminal”, declaró la fiscal.
Jennifer Crumbley le envió un mensaje de texto a su hijo después del tiroteo que decía “Ethan, no lo hagas”, añadió McDonald.-AP