Una educación de calidad, el empoderamiento y el acceso a métodos anticonceptivos seguros y confiables son algunas de las medidas que pueden contribuir a prevenir el embarazo adolescente en Honduras, que afecta al 24 por ciento de la población de 15 a 19 años.
La representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en Honduras, Cecilia Maurente, dijo que la planificación familiar es un “eje central para el desarrollo” y “un elemento fundamental” para salvar la vida de mujeres.
Señaló que el derecho a la planificación familiar voluntaria constituye “un elemento central del desarrollo sostenible” y su pleno acceso contribuiría a reducir los costes de la atención sanitaria y la mortalidad materna, si bien reconoce que Honduras ha avanzado en la temática.
“Los costos de una muerte materna son costos sociales que no los podemos medir en términos solamente económicos, ya que tienen un gran impacto”, explicó Maurente.
Subrayó que la planificación familiar es “una estrategia ya probada para salvar vidas de mujeres, sobre todo, vinculadas a la mortalidad materna”.
Las estrategias para prevenir el embarazo en la adolescencia deben permitir el “acceso a información científica con evidencia y educación” a los jóvenes, añadió.
Destacó la importancia de que los padres “estén educados” para que los jóvenes puedan “estar plenamente capacitados para poder acceder a las oportunidades, ya sea de educación superior, un empleo digno y también decidir o no formar una familia”.
Señaló que cuando las jóvenes son empoderadas, tienen acceso a educación y a un empleo pueden “ejercer una influencia muy positiva no solamente para ellas mismas como personas sino también para su propia familia, para sus comunidades y, por ende, para los países”.
El embarazo temprano es “la trampa de la pobreza” aseguró, y lamentó que muchas adolescentes “no tienen información adecuada, no cuentan con acceso a servicios de salud, particularmente salud sexual y reproductiva que sean de calidad”.
Maurente ve necesario que las jóvenes reciban la atención médica necesaria, ya que ese grupo tiene “mayor riesgo” de morir durante el embarazo o parto, al igual que sus hijos antes de cumplir el primer año.
Dijo que es necesario que los prestadores de servicios de salud estén “realmente capacitados para brindar orientación e información de manera adecuada y oportuna a los adolescentes y jóvenes” sobre los factores que pueden influir en un embarazo temprano y en la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Señaló que es necesario, además, que los jóvenes sexualmente activos tengan acceso a “métodos anticonceptivos que sean seguros y confiables” para prevenir los embarazos tempranos.
La funcionaria del Unfpa indicó que el impacto del embarazo temprano “es mucho mayor” en las jóvenes pobres y con menos educación.
Agregó que Honduras, donde uno de cada cuatro partos es de una mujer menor de 19 años, es el segundo país de Centroamérica con más embarazos adolescentes, con 101 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años, solo superado por Nicaragua.
Maurente indicó que los adolescentes con menos grados de escolaridad y de grupos indígenas o afrodescendientes tienen “menos acceso a información adecuada” y a métodos anticonceptivos.
Enfatizó que Honduras debe invertir en “educación y salud” aprovechando que cuenta con un cambio demográfico de población mayoritariamente joven para que el país logre en el futuro “saltos cualitativos y cuantitativos”.
“Invertir en este momento en adolescentes y jóvenes resulta clave para cuando estos jóvenes se conviertan en adulto y en las nuevas generaciones”, explicó.
Honduras ha sido un país “pionero” en formular un Plan Multisectorial en América Latina para prevenir los embarazos tempranos, que además requieren un “abordaje multidimensional”.
La funcionaria del Unfpa instó al Gobierno, sociedad civil, comunidad internacional y padres de familia a promover el acceso a “la información y servicios de forma adecuada sobre la prevención del embarazo temprano”, porque tiene consecuencias “realmente muy negativas”.-EFE