El Gobierno de los Estados Unidos ha comenzado ya a tomar contundentes medidas contra China por sus errores y engaños durante los primeros días del foco de contagio de coronavirus en la ciudad de Wuhan, decretando la desinversión de miles de millones en fondos para China. Es el primer paso en todo un abanico de medidas que incluye las sanciones, cuyo camino está allanando el Senado por medio de un proyecto de ley que ha comenzado a tramitarse ya en el Capitolio. Justo cuando la tensión entre las dos principales economías mundiales llega hasta cotas insólitas, EE.UU. acusó ayer formalmente a Pekín de robar información sobre vacunas y tratamientos.