Discurso del presidente del Congreso Nacional, Doctor Mauricio Oliva en la XLIII asamblea general ordinaria confederación hondureña de cooperativas

Representa un alto honor para mí acompañarlos esta mañana en la feliz apertura de esta asamblea general ordinaria de la confederación hondureña de cooperativas, que constituye un pilar fundamental en la edificación de una sociedad más equilibrada y un país más justo.

Reciban, en consecuencia, el respetuoso saludo de este hondureño que guarda por ustedes una especial estima y admiración, augurándoles provechosos resultados de este encuentro.

Mi afecto por vuestro sector parte de reconocer lo valiosos que son los principios del cooperativismo para una comunidad. Valores humanos hermosos que sumados a otros, en el crisol de la solidaridad y responsabilidad compartidas, resultan en beneficio común y en el avance social del que hemos sido testigos en distintos rubros.

Un indiscutible ejemplo es la historia fructífera que describe la hoja de vida de las asociaciones y federaciones de cooperativas de campesinos, agricultores, cafetaleros, agroforestales, transportistas y otros laboriosos compatriotas bien representados hoy en esta augusta asamblea. Para todos va mi reconocimiento y mi cariño.

Como es hábito en mi vida pública, hablaré menos de intenciones y más de las acciones concretas en las que hemos dejado demostrada nuestra voluntad de respaldarles.

En mi gestión rectorando el poder legislativo, donde se funden las distintas ópticas políticas, hemos logrado orientar la agenda a fortalecer fuertemente la formalización y la operatividad de los pequeños y micro empresarios, ya que siendo el sistema cooperativo la base fundamental del apoyo financiero de las mipymes es de suma importancia el respaldo del congreso nacional que hemos cristalizado en múltiples oportunidades.

Puedo relatarles, entre muchos otros logros, que aprobamos reformas a 44 artículos y adicionamos 14 nuevos a la ley de cooperativas con el fin de actualizar este marco regulatorio que tenía ya un cuarto de siglo en vigencia.

Entre las novedades más importantes declaramos ¨de necesidad nacional y de interés público la promoción y protección del cooperativismo en el desarrollo económico del país¨, propiciando la participación de la juventud y las mujeres en igualdad de oportunidades.

Incluimos en ese instrumento legal nuevos preceptos que consolidan la participación democrática, la propiedad compartida, los sistemas de control, el registro, las exenciones fiscales y la creación de órganos auxiliares para las compatriotas mujeres y para todos los jóvenes.

El congreso nacional legisló también para propiciar el refinanciamiento de compromisos de las cooperativas con instituciones financieras estatales y la transferencia de recursos públicos para cooperativas que trabajan con personas con retos especiales, así como aprobamos fórmulas de adecuación de capital para que les generen mejores beneficios y les reduzcan los riesgos.

Con la misma determinación y compromiso, les exoneramos del pago de algunos tributos a manera de estímulos fiscales para que se consoliden cada uno de ustedes, valiosos artífices del sector social de la economía hondureña.

Hemos contribuido mucho; pero, lo más importante es que ustedes pueden tener la certeza plena que en la presidencia del congreso de la república tienen a un cooperativista más, porque les entiendo y les respaldo con entusiasmo.

Queridos compatriotas:

Nuestra amada honduras requiere hoy más que nunca de ustedes, de sus compañeros y de todo el conglomerado nacional porque cuando arrecian los desafiantes vientos del futuro, debemos sumar el coraje, la determinación y el talento de esta gran nación para remar con éxito y llevar nuestra barca a la otra orilla.

¡Podemos triunfar en esa tarea, claro que sí se puede!

Ninguna crisis temporal o estructural detiene la marcha triunfal de un pueblo laborioso y conciente de que su gran tesoro y su fuerza radican en la cooperación, en la unidad de propósitos y de acciones encaminadas a alcanzar sus metas.

Enfatizo en algo de lo que ustedes son ejemplo: solo la unidad y la mutua colaboración entre todos los sectores puede garantizarnos estabilidad, logros y avances en todo los ámbitos de la vida nacional.

Las sagradas escrituras establecen este principio cuando registran una de las amonestaciones más hermosas de pablo a los romanos en la que llama a la unidad en el mismo sentir, a la condescendencia y a no ser altivos ni sabios en nuestra propia opinión.

Eso es lo que ahora necesita honduras y por eso, elevo mi voz en todas las tribunas para seguir llamando al entendimiento que solo se consigue con la palabra respetuosa y tolerante que se pronuncia suave en la mesa del diálogo constructivo.

La presidencia del congreso nacional es un escenario abierto de par en par, paciente y tolerante, claro en la visión de construir instituciones fuertes y llevar a honduras a otros niveles de desarrollo democrático y convivencia armónica.

Porque somos hermanos y los hermanos conversan, porque somos de un mismo hogar y las familias se respetan, porque somos hondureños y la patria es de todos.

La apertura que distingue nuestra presidencia es el antídoto al veneno de los desencuentros.

El diálogo transparente, respetuoso y democrático que promovemos es la forma de responderle a la patria cuando arrecian las tormentas con olor a pasado, a intolerancia y a negatividades.

Estoy consciente de que mi papel es armonizar distintas opiniones sobre el presente y el futuro, por eso insisto en mantener mis manos y mi corazón abiertos para construir futuro y esperanzas, para consolidar la democracia en orden y con respeto a la voluntad popular que dió a cada uno su cuota de representación y para que prevalezca la razón entre los humos del odio y la tiniebla.
Señores y señoras:

Al agradecerles de nuevo la bondad de hacerme partícipe de esta magna asamblea, les reitero mis mejores augurios por la unidad del sector cooperativista y animo a todos mis compatriotas a apresurar la conquista del futuro en el que siempre diré presente cuando se trate de engrandecer a mi país.

Hagámoslo juntos, porque cooperando sí se puede.

¡Que dios los bendiga siempre!

Muchas gracias.

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