Entre lágrimas y desconcierto, recibieron la notificación de despido los trabajadores afectados con la reestructuración de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI).
Los trabajadores cesanteados evidentemente preocupados y entristecidos, de a poco fueron desalojando las oficinas con sus pertenencias en mano.
Algunos salieron sin decir una palabra, otros sumamente molestos le reprocharon a las autoridades por la medida.
Con microondas en mano, platos, cuadros y otros productos personales los cesanteados se resignaron a dejar sus puestos de trabajo, dejando atrás años y meses de labores.
La cancelación de contratos inició a las 10:00 de la mañana, después que la comisionada presidenta de la Junta de Transición, Ángela Madrid, informara la separación definitiva de 1,500 personas.
La iniciativa implementada por el gobierno se realiza con el objetivo de crear un sistema tributario novedoso, moderno y tecnológico.
En el momento que las autoridades oficializaban el cierre de la DEI, los trabajadores se aglutinaban en las afueras de los edificios, incrédulos todavía de sus despidos.
Una de las exempleadas, que no pudo evitar el llanto, calificó su retiro como un acto de injusticia por parte del gobierno.
“Es injusto que nos dejen sin la oportunidad de llevar alimento a nuestros hijos, hemos dado la vida en esta institución”, dijo la fémina.
Expresó que la mayoría de los trabajadores despedidos no tendrán una oportunidad laboral y se sumarán a las estadísticas de desempleo.
“Al Presidente no le importa dejar sin comer a las familias hondureñas, le pedimos que nos dejen trabajar”, dijo otro de los despedidos.
El 26 de diciembre el Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, anunció la creación de un nuevo sistema tributario con personal altamente capacitado.
Desde tempranas horas de la mañana, las oficinas de la DEI a nivel nacional fueron militarizadas para evitar disturbios.