El Presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rolando Argueta, recibió en su lujoso despacho una carta llena de dolor, angustia, desesperación y llanto.
La carta provino de la dueña de una caseta que operó por muchos años en la sede del Poder Judicial en Tegucigalpa, pero que ahora debido al afán de Argueta por construir su centro comercial en la CSJ, quedará en la calle.