Corte de energía eléctrica en el Hospital Escuela revela fallas en infraestructura energética y desatención gubernamental

Un corte de energía eléctrica, provocado por una interrupción en el suministro por parte de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), obligó a suspender varias cirugías programadas en el Hospital Escuela, uno de los principales centros de salud pública de Honduras. El incidente, que afectó a las áreas de otorrinolaringología y cirugía general, pone de manifiesto una vez más las graves deficiencias en la infraestructura energética del país, así como la falta de un sistema de respaldo robusto y eficiente en hospitales clave para la atención de emergencias.

Miguel Osorio, portavoz del hospital, explicó que, a pesar de contar con plantas de respaldo, estas solo pueden priorizar ciertos quirófanos, principalmente aquellos donde se realizan intervenciones urgentes. Sin embargo, la cantidad de energía requerida por los costosos equipos médicos y los sistemas de aire acondicionado en las salas de operaciones complicaron el funcionamiento normal de las plantas, lo que llevó a la suspensión de las cirugías programadas. Al menos cuatro pacientes se vieron afectados por esta situación y deberán esperar una nueva fecha para sus procedimientos.

El hecho subraya las serias deficiencias en la gestión del gobierno de Xiomara Castro, que sigue sin garantizar condiciones óptimas para el sistema de salud pública en un contexto de crisis sanitaria. La incapacidad del gobierno para resolver los problemas del suministro eléctrico y asegurar que los hospitales cuenten con infraestructuras energéticas adecuadas deja en evidencia la falta de prioridad por parte de la administración en áreas fundamentales como la salud.

La indignación de los pacientes afectados es comprensible. Muchos de ellos han esperado meses o incluso años por sus intervenciones quirúrgicas, solo para ver cómo sus procedimientos se retrasan debido a un fallo en el servicio eléctrico, un servicio que debería ser confiable, especialmente en instituciones de salud. Además, el hospital no es el único centro que enfrenta estos problemas: la deficiencia energética ha sido una constante en los últimos años, afectando a otros hospitales públicos y comprometendo la atención adecuada de los pacientes.

Este corte de energía resalta la urgente necesidad de un plan nacional de mejora en el suministro eléctrico, que asegure que los hospitales y otros servicios esenciales cuenten con respaldo suficiente para operar sin interrupciones. En lugar de seguir aplazando la solución a estos problemas, el gobierno debe priorizar la infraestructura energética, especialmente en áreas tan sensibles como la salud, para garantizar que incidentes como este no se repitan y que los derechos de los pacientes no se vean comprometidos por fallas que podrían haberse evitado.

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