El expresidente Rafael Correa denunció este miércoles un «complot» del gobierno de Lenín Moreno, después que la justicia de Ecuador ordenara su detención por la presunta vinculación en el secuestro de un opositor en Colombia en 2012.
«Hay toda una hoja de ruta (…) Hay todo un complot», dijo Correa en una entrevista a la AFP en Bruselas, confiando en que Interpol rechazará la circular roja emitida por la justicia ecuatoriana ya que, consideró, se trata de un caso «político».
Tras la decisión judicial, Correa recibió el apoyo de los presidentes Evo Morales, de Bolivia, y Nicolás Maduro, de Venezuela, lo que fue rechazado por Quito, que llamó a consultas a su embajador en La Paz y suspendió el viaje de su nuevo representante en Caracas.
Ecuador también envió notas de protesta a ambos países y exigió «el respeto de gobiernos vecinos» al trabajo de la justicia ecuatoriana, señaló el canciller José Valencia en Quito.
La Fiscalía ecuatoriana indaga a Correa (2007-2017) por los supuestos delitos de asociación ilícita y secuestro del exdiputado suplente Fernando Balda. El exgobernante niega cualquier implicación y lamenta que le vinculen «sin tener ninguna prueba».
Para el exmandatario socialista, que reside en Bélgica desde que dejó el poder, el «gobierno» de Moreno, su exaliado, está «sin dudas» detrás del «complot».
«Él está detrás de todo esto, de la judicialización de la política», agregó.
Según Correa, Moreno «se reunió con Balda, con el anterior fiscal para meter preso a Jorge Glas», en referencia al vicepresidente desde 2013 que está condenado a seis años de prisión por recibir 13,5 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht y que perdió el cargo en enero.
Parte de esa «hoja de ruta» sería también el llamado a los asambleístas para levantar su «inmunidad presidencial» y el intento de presionar a personas clave, como Pablo Romero, ex jefe de la Secretaría de Inteligencia.
Sobre Romero, que reside en España, pesa también una solicitud de extradición en el marco de la investigación todavía en curso y que ya condujo a la detención de tres agentes de inteligencia y un excomandante de la policía.
– ‘Vivir y morir en Bélgica’ –
La jueza Daniela Camacho ordenó el martes la «prisión preventiva» contra el popular exmandatario de 55 años, por incumplir la medida cautelar de presentarse periódicamente ante la Corte de Justicia en Quito.
Correa alega que cumplió con la diligencia al presentarse en el consulado de Ecuador en Bélgica, como lo hizo el 24 de mayo cuando declaró ante la fiscalía y rechazó su implicación en el caso.
El expresidente quedó en la mira de la justicia debido a una demanda de Balda, que lo acusa de ordenar su fugaz secuestro cuando estaba refugiado en Bogotá. Aunque cinco personas alcanzaron a subirlo a la fuerza en un automóvil, la policía colombiana interceptó el vehículo y logró su liberación.
Poco después, Balda fue expulsado de Colombia a pedido de Quito, que adujo que el exlegislador estaba condenado a dos años de prisión por injurias. Luego cumplió un año de cárcel por atentar contra la seguridad del Estado.
Correa consideró que la circular roja de Interpol «no va a tener ningún éxito», ya que esta organización de cooperación policial «toma su tiempo, analiza el caso y de ser político lo desecha» y «más político que esto no hay».
El exmandatario indicó que apeló la decisión de la justicia, aunque sin esperanza y con el objetivo de «poder ir a tribunales internacionales». Correa tampoco descartó solicitar el asilo en Bélgica, un país que «jamás» daría trámite a su extradición, en su opinión.
Para que pueda ser enjuiciado, Correa deberá estar en Ecuador, pues el secuestro es un delito por el cual la ley ecuatoriana impide el proceso en ausencia.
El exgobernante descartó viajar a Ecuador por considerar que no hay «garantías», y hacerlo en ese escenario sería «casi un suicidio».
Dos consejeros jurídicos en Bélgica, el profesor Ludovic Hennebel y el abogado Christophe Marchand, denunciaron en un comunicado «el sentimiento de ensañamiento y de acoso judicial» contra Correa, cuya «vida e integridad están amenazadas».
«¿Por qué tengo que sacrificar nuevamente a mi familia? Yo le ofrecí a mi familia, después de 10 años de marginarla por dedicarme entero a mi patria (..) años de paz en Bélgica. Incluso vivir y morir en Bélgica», agregó a la AFP el ex mandatario, cuya esposa es belga.-AFP