En Honduras se registran ocho masacres al mes, según el conteo que realiza el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh). Los últimos en sumarse a la alarmante estadística fueron un agricultor, un reparador de llantas, un cobrador de bus y un albañil, ultimados a balazos el pasado lunes, mientras se encontraban en el velorio de un amigo, en la colonia Mirador de Oriente, en Tegucigalpa.
Según el Conadeh, las muertes múltiples son un problema de interés nacional al que debe buscársele de inmediato acciones concretas para combatirlo, en el marco de los programas de seguridad establecidos por el Estado.
Las cifras están dando una alerta, según el comisionado Roberto Herrera Cáceres, quien calificó el problema como reiterativo, y sin que exista pronta justicia como “abono” para que continúen los homicidios múltiples.
Desde el 2014 al 2016, en el país se han registrado alrededor de ocho muertes múltiples mensuales, de tres o más víctimas en cada escena, lo que dejó como saldo la muerte violenta de al menos 1,100 personas, según un informe del organismo.
INVESTIGACIÓN
La impunidad es motivo de preocupación para el Conadeh, si se toma en cuenta que el Estado no tiene la adecuada investigación para determinar la autoría directa o indirecta de las muertes múltiples, advierte Herrera.
“…Y se sigue en la incertidumbre de ver caer a más personas asesinadas”, agregó el ombudsman, en reacción a la masacre ocurrida en la colonia Mirador de Oriente Nueva Oriental.
“La impunidad es una manera de estimular la comisión de delitos, porque si el delincuente sabe que existen pocas probabilidades de que se le castigue y se le juzgue adecuadamente, prácticamente es como que tenga luz verde para seguir delinquiendo sin el menor riesgo posible”.
Las investigaciones policiales recabadas en horas de la madrugada por parte de elementos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), indican que los jóvenes acribillados se dedicaban a la agricultura, reparación de llantas, cobrador de bus y albañilería.
Estos oficios son similares a los que por años el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV/UNAH) viene registrando en el marco de las estadísticas de muertes violentas y homicidios en sus diferentes presentaciones.
Las víctimas de esta última masacre fueron Andrés Orlando Medina Hernández (30), Luis Fernando Gómez Maradiaga (18), Juan Gabriel Guillén (32), Marlon Alfredro Rodríguez (29) y Carlos Daniel Ponce Velásquez (18).
Supuestamente, varios desconocidos llegaron hasta el lugar y abrieron fuego contra los presentes, matando al instante a cuatro personas, en tanto otro falleció cuando era trasladado al hospital.
Todos asistían al velorio del cobrador de buses Edgar Iván Ramírez Cerrato, asesinado el domingo anterior, en esa misma colonia.
FALSOS POLICÍAS
Según el comisionado, hasta ahora, del análisis de los casos registrados por el Conadeh, se desprende que las personas responsables de cometer este tipo de hechos violentos contra la vida pocas veces son reconocidas por las autoridades encargadas de mantener el orden en el país.
En muchos de los casos, los victimarios utilizan uniformes similares a los que portan los miembros de la Policía, se cubren el rostro con pasamontañas, usan chalecos antibalas, portan armas de grueso calibre y actúan en la noche.
Además, actúan sin mediar palabra, por lo que no se descarta que haya casos donde el objetivo sea una persona y al final terminan ejecutando a inocentes, por lo que el centenar de hechos violentos múltiples que se registran, “es un problema de interés nacional (…)”.
“Es necesario tomar decisiones (…) tener en cuenta consideraciones no solamente de resguardo policiaco militar, sino que aspectos que tienen que ver con el combate a la pobreza, la discriminación y con la necesidad de abrir nuevas oportunidades para que la población viva dignamente”.
Tomado de latribuna.hn