En el marco del 50 aniversario de la Masacre de Los Horcones y Santa Clara, la Compañía de Jesús en Honduras emitió un mensaje contundente dirigido a la familia del expresidente Manuel Zelaya Rosales, exigiendo un reconocimiento público y una petición de perdón por la responsabilidad que, según señalan, tuvo su padre, Manuel Zelaya Ordóñez, en estos hechos.
Durante una eucaristía celebrada en Juticalpa, Olancho, oficiada por los obispos José Bonello y Jenry Ruiz, los religiosos recordaron con profunda indignación a las 14 víctimas asesinadas el 25 de junio de 1975, entre ellas el sacerdote jesuita Iván Betancourt, líderes campesinos, monjas y activistas que luchaban por justicia social y el acceso a la tierra.
El mensaje, difundido a través de Radio Progreso, fue directo y sin ambigüedades:
«Nuestra demanda es firme y directa para usted, don Manuel Zelaya hijo, y su familia: exigimos un reconocimiento de lo ocurrido y una petición de perdón en nombre de su padre.»
Los jesuitas señalaron la brutalidad con la que se cometió la masacre, describiendo que algunas víctimas fueron torturadas, mutiladas y arrojadas a un pozo con dinamita, hechos que compararon con las prácticas más crueles de las pandillas actuales. “La barbarie que vivieron aquellos hombres y mujeres no debe quedar en el silencio ni en la impunidad”, señalaron.
También denunciaron el pacto de silencio y la amnesia oficial que han cubierto estos crímenes durante cinco décadas, donde sectores políticos, militares y civiles han intentado borrar la memoria histórica. «La historia oficial ha buscado enterrar este crimen, y muchos actores políticos se han convertido en cómplices para que no se hable de lo ocurrido», expresaron.
Los religiosos plantearon que el compromiso actual de la familia Zelaya con la reforma agraria y los campesinos sería una forma digna de responder al pasado. «Si por oponerse a la reforma agraria su padre participó en un crimen despiadado, que hoy la tierra y la reforma agraria se conviertan en la bandera de lucha de su familia y en una política de Estado», instaron.
El mensaje fue claro al rechazar cualquier ánimo de venganza. «Esta conmemoración no se hace por venganza, sino por la obligación de honrar a nuestros mártires y exigir justicia y verdad.»
La Masacre de Los Horcones y Santa Clara, considerada uno de los crímenes de Estado más atroces en la historia reciente de Honduras, ocurrió en un contexto de represión violenta contra los movimientos campesinos que reclamaban tierra y derechos. A medio siglo del hecho, nadie ha sido procesado ni condenado judicialmente por este crimen.