Chipre ha recibido este jueves con entusiasmo al Papa Francisco en su primera visita a esta isla mediterránea y especialmente las pequeñas comunidades católicas se preparan ya con ilusión para asistir a la misa que el pontífice celebrará el viernes en el estadio deportivo GSP.
«Estoy increíblemente emocionada porque mañana tendré la posibilidad, la primera y quizás la última en mi vida de ver de cerca al papa y asistir a su misa» señaló a Efe Jeanne Calunsag, una trabajadora doméstica filipina que ya se ha puesto una camiseta con la imagen de Francisco.
«Mañana rezaremos todos juntos por la pandemia, las guerras, las personas vulnerables y los menos afortunados entre nosotros», añade esta mujer que pertenece a la nutrida comunidad filipina que cuenta con unas 14.000 personas en Chipre.
Celia Allery, que trabaja en el consulado filipino, opina que lo importante en este viaje a una isla en la que la mayoría son cristianos ortodoxos y musulmanes (en el norte ocupado), es que, aunque pertenezcan a confesiones distintas «todo el mundo tiene que escuchar su mensaje de paz».
«Para sacar la entrada al estadio el miércoles tuve que esperar un par de horas. Había una cola increíble de gente de todas nacionalidades que esperaban», añade.
Según explicaron ambas mujeres a Efe, la iglesia católica de Santa Cruz en Nicosia pondrá a disposición de los fieles un autobús para su traslado el estadio, sobre todo por razones de seguridad.
La capital chipriota se convertido desde hoy en una «fortaleza», con la presencia de mas de 600 policías desplegados por las calles y el cierre de algunas de las avenidas principales, especialmente la zona en la que está ubicada la embajada de la Santa Sede, donde pernoctará Francisco.
«La cantidad de helicópteros que sobrevuelan la ciudad y los drones desplegados es un despliegue de seguridad nunca visto aquí», opinó un ciudadano.
Chipre, que jugó un papel importante a comienzos de la era cristiana en la difusión de esa religión, recibe al Papa con los honores de jefe de Estado.
A su llegada Francisco fue recibido en el aeropuerto de Lárnaca por la presidenta del Parlamento, Annita Demetríu, y una delegación de religiosos, pero también por una treintena de niños de colegios católicos de la isla que le recibieron al grito de «we love you» (te queremos).
«Estoy entusiasmado de poder estar cerca del papa y poder entregarle el símbolo de la paz. La flor blanca es además el color del Vaticano», dijo un pequeño a las cámaras de la televisión pública RIK.
Durante estos dos días Francisco reunirá entre otros con los líderes de la iglesia católica de Chipre, así como con el arzobispo ortodoxo, Jrisóstomo II.
El líder religioso ortodoxo explicará al papa la reivindicación de su comunidad de que se preserven y sean devueltas las iglesias situadas en el norte de la isla, bajo ocupación turca desde 1974.
Chipre, que en tiempos romanos era el mayor centro de culto de la diosa Afrodita, se evangelizó en el año 45 de nuestra era, con la llegada de San Bernabé y San Pablo.
Más adelante pasó a ser provincia del Imperio bizantino, entre los años 330 y 1191, periodo que legó a Chipre un rico patrimonio artístico y arquitectónico.
Después de la declaración de la independencia de Chipre (1960) y del fin del dominio británico, las tropas turcas invadieron parte de la isla en 1974, dejaron su tercio norte ocupado y crearon la República Turca del Norte Chipre, reconocida sólo por Ankara. EFE