Esta historia podría comenzar con un relato chino de contrastes epidémicos. La primera escena sería la apertura de los cines después de seis meses cerrados. La gran pantalla se vuelve a encender este lunes en el segundo mercado de películas más grande del mundo. Eso sí, únicamente en las zonas calificadas de «bajo riesgo» y con muchas restricciones: distancia entre los espectadores, nada de palomitas y las películas no pueden durar más de dos horas.
Luego entraría la segunda escena: el coronavirus sigue ahí fuera. En el sur, en Hong Kong, ya van por la tercera ola de contagios y día tras día suman más de un centenar de nuevos casos. «La situación es muy grave y no hay señales de que esto se esté poniendo bajo control», ha dicho la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam. En el norte, en la región autónoma de Xinjiang, han cerrado la capital, Urumqi. Las autoridades dicen que han entrado en «modo de guerra» por un fuerte brote. La mayoría de los casos están relacionados con una boda celebrada a principios de julio.