Hombres armados de un cártel del narcotráfico tendieron una emboscada a tres camionetas SUV en un camino sin pavimentar en el norte de México, matando al menos a seis niños y tres mujeres _todos ellos ciudadanos estadounidenses residentes en la zona_ en un ataque despiadado que dejo uno de los vehículos calcinado y lleno de agujeros de bala, informaron las autoridades el martes.
Los muertos incluían unos mellizos de apenas 8 meses de edad. Ocho niños fueron encontrados vivos después de escapar de los vehículos y esconderse en la maleza, pero al menos cinco tenían heridas de bala u otras heridas y fueron llevados a Phoenix para recibir tratamiento.
Los atacantes aparentemente mataron a una mujer, Christina Langford Johnson, después de que ella se bajó de uno de los vehículos y agitó las manos para demostrar que no era una amenaza, según un relato publicado por miembros de la familia y corroborado por la fiscalía y un pariente en una entrevista telefónica.
En los alrededores del sitio de la emboscada, los investigadores encontraron más de 200 casquillos de bala usados, la mayoría de rifles de asalto.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Alfonso Durazo, dijo que los agresores pudieron haber confundido la camioneta SUV de las víctimas con la de un cártel rival. El ataque ocurrió en una zona remota y montañosa donde el cártel de Sinaloa ha estado involucrado en una guerra territorial con otra organización criminal.
Sin embargo, se cree que todas las víctimas eran miembros de la familia extendida LeBarón, quienes vivían en un asentamiento fundado hace décadas por una rama escindida de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y, a lo largo de los años, han estado en conflicto con los narcotraficantes. Un LeBarón fue asesinado hace una década por denunciar a los cárteles.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump de inmediato tuiteó su oferta de ayuda a México para que “emprenda una GUERRA contra los cárteles de la droga y los elimine de la faz de la Tierra”. Sin embargo, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, rechazó esa salida diciendo que sus predecesores emprendieron la guerra y “no funcionó”.
Un familiar dijo que las víctimas vivían en la comunidad La Mora, en el estado de Sonora, a unos 110 kilómetros (70 millas) al sur de Douglas, Arizona. Un gran número extenso de familias que pertenecen de la iglesia viven en comunidades agrícolas agrupadas en la frontera entre los estados de Chihuahua y Sonora. Muchos miembros nacieron en México y tienen doble nacionalidad. Aunque algunas de las facciones escindidas alguna vez fueron polígamas, muchas ya dejaron de serlo. El familiar pidió no ser identificado por temor a represalias.
El grupo fue atacado el lunes mientras viajaban en caravana en tres camionetas SUV hacia Pancho Villa, en el estado de Chihuahua.
El familiar dijo que ubicaron la SUV calcinada con los restos de la esposa de su sobrino y sus cuatro hijos _ los mellizos y otros dos niños. Las autoridades dicen que al parecer el tanque de gasolina de la camioneta Chevy Tahoe explotó a causa de los disparos.
“Los vehículos de la mafia la atacaron a ella y a sus cuatro hijos… los redujeron a cenizas”, dijo la persona.
Después encontraron muertos a dos mujeres y dos niños más.
Los niños que murieron tenían 8 meses, y 2½, 10, 11 y 12 años, según sus familiares.
“Estados Unidos está listo, deseoso y capaz de involucrarse, y hacer el trabajo rápida y efectivamente”, tuiteó Trump. “¡El gran nuevo Presidente de México ha hecho de esto un reto importante, pero los cárteles se han vuelto tan grandes y poderosos que a veces necesitas un ejército para derrocar a un ejército!”, añadió.
Sin embargo, López Obrador opinó que, “La guerra es lo peor que puedes hacer”.
Fue el segundo fracaso en semanas recientes de la estrategia de López Obrador contra la delincuencia organizada, de “abrazos no balazos”. Hace dos semanas, soldados mexicanos tuvieron que liberar al hijo de El Chapo Guzmán después de que miembros de su cártel lanzaran varios ataques armados en Culiacán, Sinaloa.
La procuraduría del estado de Sonora ofreció una descripción de la escena del crimen en la frontera entre Sonora y Chihuahua. Dijo que el policía primero encontró la camioneta Chevrolet Tahoe con cinco muertos. A unos 18 kilómetros (11 millas) en el camino montañoso de tierra encontraron una camioneta Suburban con una mujer muerta y dos niños muertos en el interior. Más adelante, encontraron una segunda Suburban y, a unos 15 metros (yardas) de distancia, el cadáver de una mujer.
La policía encontró aproximadamente 200 casquillos de bala usados de rifle de asalto y otras armas en varias escenas de crimen.
“Una familia y amigos maravillosos de Utah quedaron atrapados entre dos violentos cárteles, que se disparaban entre ellos, teniendo como resultado el asesinato de muchos estadounidenses increíbles, incluidos niños pequeños y algunos desparecidos”, escribió Trump.
El familiar dijo: “Por ahora sólo tratamos de entender qué paso, pero creemos que fue un caso de identidad equivocada. Simplemente abrieron fuego contra el vehículo porque era una SUV”.
Durazo dijo que el cártel de Sinaloa tiene presencia importante en el lado de Sonora, pero que un cártel rival intentaba invadir el territorio desde el lado de Chihuahua.
El familiar dijo que vio a hombres armados del cártel reunidos como a kilómetro y medio (una milla) después del ataque. “Los cárteles de Sonora, había probablemente 50 o 60 de ellos, estaban armados hasta los dientes”.
La procuraduría dijo que un sospechoso fue detenido en Agua Prieta, pero no era claro si la persona había participado en la emboscada. El sospechoso tenía rifles de asalto y un fusil calibre .50, y tenía a dos víctimas de secuestro amarradas, dijeron las autoridades.
No sería la primera vez que miembros de la rama religiosa escindida son atacados en el norte de México. En 2009, Benjamín LeBarón, un activista en contra de la delincuencia que era familiar de los fallecidos el lunes, fue asesinado en el estado vecino de Chihuahua.-AP