El cardenal Óscar Andrés Rodríguez instó este jueves a recurrir al diálogo como principal herramienta para abordar los desafíos que enfrenta el país, en especial ante la reciente advertencia del gobierno de Honduras sobre la posible retirada de la base militar norteamericana en Palmerola, Comayagua. Este anuncio surge en el contexto de las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha prometido llevar a cabo deportaciones masivas a partir de su toma de posesión el próximo 20 de enero.
Respecto a la advertencia gubernamental sobre la base de Palmerola, el Cardenal Rodríguez subrayó la importancia de buscar soluciones pacíficas a través del diálogo. «No es con amenazas que se logran alcanzar metas», afirmó, haciendo un llamado a la reflexión. Además, expresó su escepticismo sobre la magnitud de las deportaciones que podrían ocurrir. «Yo diría, mejor esperemos, pensar que van a llegar masas de deportados, no, eso es imposible aún físicamente», sostuvo, cuestionando la viabilidad de tales planes.
En relación a las acusaciones sobre vínculos entre políticos y el narcotráfico, el líder religioso destacó que todos deben rendir cuentas por sus actos ante Dios. «El que hace el mal, termina mal», afirmó, reiterando su postura sobre la justicia divina.
El cardenal también se refirió a las constantes discusiones en torno al tratado de extradición y la posible instalación de la Comisión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH). “Ya cansa hablar de lo mismo”, comentó, sugiriendo que se enfoquen en temas más positivos y constructivos, como los proyectos y metas que cada persona podría tener para este nuevo año.
Asimismo, Rodríguez hizo un llamado a los futuros aspirantes políticos a reflexionar antes de lanzarse a una campaña electoral, recomendando dedicar tiempo a la oración y al estudio de encíclicas papales como Laudato si’ y Fratelli tutti, que abogan por la solidaridad y el cuidado del medio ambiente.
En un mensaje esperanzador, el cardenal destacó que 2025 marca el inicio del año jubilar de la esperanza, y recordó que no todo en Honduras está marcado por la violencia y los problemas políticos. “En Honduras hay más bien que mal, pero solo el mal se publicita”, manifestó, instando a los medios de comunicación a enfocar también su atención en los aspectos positivos del país. «Tenemos derechos a la salud mental», concluyó, haciendo un llamado a la sociedad a centrarse en lo que realmente aporta valor y bienestar a la nación.