La Cancillería mexicana, a través de su Embajada en Honduras, pidió este jueves al Gobierno del país centroamericano el pronto retorno a México de Gustavo Castro Soto, el activista a quien se negó la salida de territorio hondureño por ser testigo del asesinato de la líder indígena Berta Cáceres el pasado 3 de marzo.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) informó en un comunicado que la Embajada pidió el retorno de Castro Soto a México “lo antes posible”.
Desde el territorio nacional, agregó, este “seguirá colaborando con el proceso de investigación como lo prevé la propia normatividad hondureña y el acuerdo vigente entre ambos países para facilitar la asistencia jurídica mutua en materia penal”.
Además el boletín especificó que la Embajada mexicana ha pedido información al Gobierno hondureño sobre las medidas de seguridad que se le han brindado al connacional, y además ratificó a Castro que tiene por derecho apoyo y protección consular, manteniendo un contacto permanente con él.
Por otro lado, en una rueda de prensa realizada este jueves por la mañana en Tegucigalpa, el hermano de Gustavo Castro Soto, Oscar Castro Soto, y allegados a Berta Cáceres, informaron que una jueza negó un recurso para que el ambientalista mexicano pueda regresar a su país.
Oscar Castro indicó que la jueza Victorina Flores, de La Esperanza (occidente), donde residía Berta Cáceres, no aceptó un recurso de reposición interpuesto contra la prohibición de salida del país del ambientalista mexicano, alegando que es testigo del asesinato de Cáceres.
El pasado domingo, 7 de marzo, Gustavo Casto Soto fue interceptado por autoridades de Honduras en el aeropuerto de Tegucigalpa, cuando pretendía abordar el avión con destino a México después de presenciar el asesinato de la activista hondureña Cáceres.
En ese momento, el activista iba acompañado de Dolores Jiménez Hernández, embajadora de México en Honduras, y del cónsul Pedro Barragán, quienes tuvieron que forcejear con las autoridades hondureñas en el aeropuerto para salvaguardar a Castro y dirigirse a la Embajada.
Berta Cáceres era coordinadora general del Copinh, defensora de derechos humanos y líder de la etnia lenca, que vive en el occidente de Honduras.
Fue asesinada en la madrugada del 3 de marzo, pese a tener medidas cautelares y sus múltiples denuncias de que ella y su familia recibían con frecuencia amenazas de muerte.