En los últimos meses, los diagnósticos de cáncer han disminuido en Estados Unidos. Sin embargo, esto está lejos de ser una buena noticia, y es en realidad parte de las consecuencias potencialmente fatales que la pandemia del COVID-19 dejará a su paso.
Mientras los servicios de salud y del gobierno se han enfocado en salvar a quienes han sido víctimas del coronavirus, mucha gente está yendo por el mundo con cáncer sin haber sido diagnosticada o sin un tratamiento.
Esto es debido que personas no ha asistido a sus citas médicas ni a hacerse los estudios correspondientes. El público en general tiene miedo de entrar a los hospitales e incluso a oficinas de los doctores y contraer este nuevo virus. Y, de acuerdo a algunos expertos, esto provocará una nueva crisis de salubridad que por el momento nadie ha notado.
“Se está diagnosticando menos cáncer, pero creemos que la incidencia de cáncer durante este periodo es la misma. Estos cánceres eventualmente saldrán a la luz, cuando se vuelvan importantes sintomáticamente, y en ese punto los pacientes tendrán un pronóstico [peor]”, dijo en una entrevista con ABC News el doctor Norman Sharpless, director del Instituto Nacional de Cáncer.