Joe Biden está dedicando los últimos días de su campaña presidencial a exhortar a sus simpatizantes de raza negra a que participen presencialmente en las elecciones durante una pandemia que ha afectado de forma desproporcionada a sus comunidades, apostando a que una nutrida participación mejorará sus posibilidades de triunfo en estados que podrían definir los comicios.
Biden estuvo el domingo en Filadelfia, la ciudad más grande del que está perfilándose como el estado más disputado en las últimas 48 horas de la campaña. Participó en un evento de “souls to the polls” (“almas que acuden a las urnas”) que forma parte de una iniciativa nacional para llamar a los feligreses de raza negra a que acudan a votar.
“Todos los días estamos viendo disparidades basadas en la raza en todos los aspectos de este virus”, dijo Biden durante un evento en el que los asistentes permanecieron dentro de sus vehículos, y en el que tuvo que alzar la voz para hacerse escuchar por encima del sonido de las bocinas de los autos. Declaró que la manera en que el presidente Donald Trump ha manejado el COVID-19 ha sido “casi criminal” y que la pandemia es “un evento de muertes masivas dentro de la comunidad negra”.
Su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, se presentó en Georgia, un añejo bastión republicano que los demócratas creen podrían ganar, siempre y cuando los votantes de raza negra participen en gran número. La primera mujer de esta raza en una boleta presidencial por uno de los dos principales partidos alentó a una multitud de personas de diversas razas en un suburbio de rápido crecimiento de Atlanta a “honrar a sus ancestros” y acudir a votar, evocando la memoria del legendario defensor de los derechos civiles John Lewis.
Trump intentó quitarle fuerza a las acciones de sus rivales con el argumento de que Biden y los demócratas dan por sentado que tienen el apoyo de los votantes de raza negra.
“Demuéstrenle a Joe Biden y al Partido Demócrata lo que piensan de sus décadas de traiciones y maltratos”, dijo Trump a sus simpatizantes durante un mitin en el norte de Detroit el domingo.
Con más de 91 millones de votos en las urnas, Trump y Biden ya no tienen tiempo para darle un giro drástico a la contienda. En lugar de ello están enfocándose en sus bases e intentan asegurarse que cualquier posible simpatizante ya haya votado o planee hacerlo presencialmente el martes.
Para Biden, eso significa prestarle mayor atención a los votantes de raza negra, que son parte fundamental de la coalición que necesita para enfilarse al triunfo. La recta final de su campaña estuvo diseñada para impulsar dicho respaldo: Después de Filadelfia, viajará a Cleveland y Pittsburgh el lunes. Y tras presentarse con Biden en Detroit y Flint, Michigan el sábado, el expresidente Barack Obama estará el lunes en Georgia.
Una popular demócrata, la exprimera dama Michelle Obama, no programó ningún evento presencial de campaña durante las elecciones generales.-AP