Mientras una docena de países europeos y latinoamericanos se reunían en Uruguay para evaluar la crisis venezolana, dos primeros camiones de ayuda humanitaria para Venezuela arribaron el jueves a la ciudad colombiana de Cúcuta en un escenario que vuelve a mostrar el forcejeo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición.
Custodiadas por motocicletas y vehículos de la policía local, las unidades que transportan varias toneladas de ayuda llegaron a un centro de acopio que habilitó el gobierno colombiano en Cúcuta, a unos 500 kilómetros al noreste de Bogotá, a un lado del puente fronterizo de Las Tienditas. Junto a los dos camiones de carga iban otras siete unidades más pequeñas.
Al grito de “¡arriba Venezuela!” algunas de las personas que encontraban a las afueras del centro de acopio celebraron el arribo de los camiones.
Aún no se conoce el mecanismo que se empleará para ingresar la ayuda humanitaria a Venezuela debido a que una de las vías que se utilizaría para ese fin permanecía cerrada. Otra de las incógnitas que rodea el proceso es la actitud que tendrían los militares, principal base de apoyo a Maduro, cuando los opositores traten de ingresar los cargamentos hacia territorio venezolano.
Parte de la ayuda humanitaria para los más necesitados en Venezuela la proporcionó Estados Unidos, que envió alimentos, suplementos nutricionales, kits de higiene y suministros médicos.
Del lado venezolano del puente fronterizo fueron apostados más de un centenar de militares armados con fusiles y equipos antimotines para custodiar el lugar. Muy cerca de los uniformados se concentró una veintena de manifestantes, algunos con banderas venezolanas, para protestar por el cierre de la vía.
“Estamos aquí protestando porque resulta que el señor Maduro no quiere dejar pasar la ayuda humanitaria que necesitamos con tanta urgencia”, dijo Pedro Sánchez, un habitante de la población venezolana de Ureña, cercana al puente.
Con la voz entrecortada por el llanto, Sánchez relató que hace 20 días enterró a su esposa, que murió a consecuencia de un cáncer estomacal que no le pudieron tratar por la falta de medicamentos que hay en el país suramericano.
“Le he dicho a los militares que están aquí que no nos hagan esto y que permitan el paso de la ayuda humanitaria, pero no nos escuchan. No sé qué le inculcan a esa gente en esos batallones, inhumanidad, no tiene dolor de nada”, afirmó Sánchez.
El gobierno venezolano ha rechazado el apoyo alegando que no existe una situación de emergencia en Venezuela y ha acusado a la oposición de propiciar una invasión militar.
“No somos mendigos”, dijo esta semana Maduro.
Al condenar el bloqueo del puente, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, exhortó la víspera a las autoridades venezolanas a que dejen que la ayuda llegue al “pueblo hambriento”.
El mismo día, el gobierno de Puerto Rico anunció que envió a Venezuela un avión con un primer cargamento de ayuda humanitaria, de más de una tonelada, que incluye medicamentos, alimentos y artículos para niños. Una portavoz del secretario de Estado de Puerto Rico dijo que la ayuda humanitaria no forma parte de los 20 millones de dólares del apoyo prometido por Estados Unidos.
En una declaración formal divulgada más tarde, el secretario de Estado de Puerto Rico, Luis Rivera Marín, dijo que un avión que transportaba los suministros partió el miércoles, pero aún no los ha entregado y no reveló dónde está la aeronave.
“Es una ruta sumamente compleja que está siendo protegida para salvaguardar la seguridad de quienes transportan los suministros, así como de quienes los reciben”, acotó Marín.
Los 14 países que participaron en la reunión de Montevideo suscribieron una declaración en la hicieron una exhortación a elecciones presidenciales libres, creíbles y transparentes, y plantearon que es crucial restaurar “la plana democracia, el estado de derecho, la separación de poderes y el respeto por el mandato constitucional de las instituciones del país, más particularmente la democráticamente electa Asamblea Nacional”.
En medio de un acto en la céntrica plaza Bolívar de Caracas, Maduro acusó al mandatario Donald Trump de tratar de perturbar las iniciativas de diálogo impulsadas por Uruguay, México y otros países. El gobernante izquierdista participó en un acto que organizó el gobierno para recolectar un lote de firmas que acompañará una carta que enviará a Estados Unidos para denunciar que Trump “quiere traer a sus fronteras el mismo odio que sembraron en Vietnam” y “quieren invadir e intervenir Venezuela”.
El gobierno aspira recolectar 10 millones de firmas,
Por su parte, el jefe de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, quien se declaró el mes pasado presidente interino de Venezuela, pidió el jueves ayuda al papa Francisco para que se celebren comicios libres. En una entrevista con la televisora italiana Sky Tg24 hizo un llamado al pontífice y a otros países a que ayuden en el “cese de la usurpación, en el gobierno de transición y a producir elecciones realmente libres”.
Maduro envió recientemente una misiva a Francisco para pedirle que ayude a facilitar un diálogo, pero el pontífice respondió que para que se dé una mediación se necesita la voluntad de ambas partes. Sin embargo, Guaidó ha descartado la participación en el diálogo alegando que la oposición participó entre 2016 y 2017 en otras conversaciones que fracasaron.
Venezuela está sumida en la mayor crisis política y económica de su historia con una hiperinflación de siete dígitos y una severa recesión. La escasez de alimentos y medicinas, entre otros bienes, ha generado una masiva migración de venezolanos que Naciones Unidas calcula en al menos tres millones de personas. Por ello la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, promovió la iniciativa de recibir ayuda internacional.
“Todo eso es una patraña, una mentira”, afirmó el jueves el ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, al condenar la iniciativa de la oposición, y dijo en una alocución desde el palacio de gobierno que Estados Unidos busca una “agresión militar” contra su país.-AP